Un dispensador inteligente desarrollado en Israel y testeado en una importante cadena de supermercados en Chile permite reducir en un 37% el uso de bolsas plásticas, contribuyendo así tanto a la baja de costos para la empresa como a la minimización del impacto ambiental que genera este tipo de envases, que demoran más de 150 años en degradarse.
Se estima que en Chile se consumen cada mes unos 260 millones de bolsas plásticas y que cada persona utiliza unas 200 al año.
Si se considera que cada bolsa cuesta unos 10 pesos y que pesa 7 gramos, se puede concluir que el gasto en este ítem bordea los 5 millones de pesos por mes y que la generación de desechos no reciclables se sitúa en torno a las 2.800 toneladas mensuales.
Para abordar esta problemática, la empresa israelí Shekeltronix desarrolló un dispensador inteligente llamado Grab-A-Bag, que en los supermercados de Israel ya logró reducir hasta en un 54% el uso de bolsas plásticas.
En Chile, el dispositivo está siendo comercializado con el nombre de Get-A-Bag por el Grupo SATI.
Se trata de un dispensador ubicado al final de la zona de empaque de cada caja que funciona en forma electrónica, expulsando una bolsa semiabierta cada vez que la anterior es retirada del dispositivo por el cliente o el empaquetador.
Adicionalmente, la caja puede registrar el número de bolsas utilizadas en cada compra.
Según explicó Roberto Doren, socio y gerente general del Grupo SATI, el dispositivo fue testeado recientemente en una importante cadena de supermercados en Chile, con excelentes resultados.
Así, el consumo promedio de bolsas por mes en una caja normal fue de 43.780 unidades, mientras que en una caja con Get-A-Bag fue de tan sólo 27.602, y el consumo por cliente bajó de 13,45 unidades a 8,48.
«Nuestra experiencia en Chile nos permite afirmar que Get-A-Bag puede contribuir a la reducción del consumo de bolsas de plástico al menos en un 37%, lo que nos ayudaría a todos a promover un medio ambiente más limpio y saludable», indicó Doren.
El ejecutivo señaló que además de los aspectos medioambientales, el dispensador inteligente genera beneficios para la empresa y los consumidores, ya que se ahorra en adquisición de bolsas, la zona de cajas se ve más ordenada, el proceso de empaque es más rápido pues las bolsas salen semiabiertas, y el cajero no debe ocuparse de su reposición o control.
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