Sombrillas, bombos y banderas. Hinchas luciendo los colores azul y oro en sus camisetas. Canciones dedicadas al eterno rival y el grito de campeón, atragantado en la garganta durante tres años, que se hace oír más fuerte que nunca. Parece la Bombonera, pero lo descrito sucede a miles de kilómetros de distancia. Concretamente, en el puerto de Tel Aviv.
La pasión futbolera de los argentinos no tiene fronteras y en esta ocasión fueron los simpatizantes de Boca en Israel quienes lo han vuelto a demostrar. El pasado domingo, alrededor de un centenar de hinchas bosteros se reunieron en el bar Arthur, ubicado en el puerto de Tel Aviv, convocados por la peña "La Bombonera".
"River vos no volvés más, te vas a quedar, en la Nacional", empezaron entonando para dar inicio a una noche de celebraciones. Mujeres y hombres de todas las edades se acercaron desde diferentes puntos del país para reafirmar su amor por la camiseta y festejar como si estuvieran en el Obelisco o en el propio barrio de La Boca.
El partido contra Banfield apenas fue un trámite. Las pantallas gigantes del local se encendieron para que los presentes pudieran disfrutar en directo de esos 90 minutos en los que el conjunto de Falcioni superó con facilidad por 3-0 a su rival y se aseguró el título.
La fiesta terminó en la madrugada del lunes, con hinchas desbordados de alegría cantando y saltando en plena calle, mientras los bombos y las trompetas sonaban y algunos curiosos israelíes que merodeaban por la zona se acercaban para intentar entender lo que pasaba.
Pero no hacía falta más que ver a toda esa gente envuelta en banderas, festejando en la oscuridad de la noche en un país que permanecía ajeno a toda esa locura, para comprender que se trata de algo inexplicable, simplemente un sentimiento que no entiende de distancias.