Sus habituales gritos e insultos antiárabes se tradujeron esta semana en empujones y agresiones, según denuncia el diario israelí «Haaretz». El pasado lunes por la noche y tras ganar al equipo de Bnei Yehuda de Tel Aviv en el estadio Teddy de Jerusalén, unos 300 seguidores, en su mayoría adolescentes, entraron en el vecino centro comercial Malja y ondeando banderas y bufandas ocuparon el espacio dedicado a los restaurantes en la segunda planta y celebraron la victoria acordándose de sus dos grandes enemigos: Hapoel Tel Aviv, símbolo de la izquierda israelí, y los árabes.
Tras escuchar durante largos minutos los clásicos eslóganes de «La Familia»: «¡Muerte a los árabes!, ¡Los árabes son terroristas!», varios empleados árabes agarraron palos para ahuyentarles.
En pocos segundos, los aficionados se lanzaron hacia ellos iniciando una reyerta con un único color. «Fue una pesadilla. Trescientos seguidores contra mis cuatro empleados», relató Mohamed. Según otros testimonios, algunos hinchas violentos gritaron «Mahoma está muerto» y escupieron a tres mujeres árabes que estaban en el centro comercial.
La intervención de los agentes de seguridad del centro y los policías consiguió devolver la calma tras 40 minutos de barullo. Tras recibir puñetazos y patadas, los árabes fueron atendidos en el lugar de los hechos, al negarse a acudir al hospital.
La policía de Jerusalén informó que ningún aficionado fue detenido, ya que nadie presentó una demanda, aunque el incidente fue grabado por las cámaras de la zona.
Al día siguiente, el director general de este famoso centro comercial, Gideón Avrahami, se reunió con los trabajadores árabes para animarles y pedirles excusas. «Nos dijo que lamentaba mucho lo sucedido y que no volverá a ocurrir», explicó Ajram, uno de los testimonios árabes.
«Desde que estoy al frente del frente del centro comercial, no he visto unos altercados de este tipo. Un incidente vergonzoso, racista y terrible», comentó Avrahami.
La directiva del Betar reaccionó criticando el altercado. «Condenamos las acciones violentas y dejamos a las autoridades que se ocupen de estos casos», afirmó.
Pero los comentaristas locales no eximen a Betar de las actitudes racistas de «La Familia». Entre otras razones porque en los 76 años de su historia no fichó nunca a un jugador árabe. Tampoco esta temporada en la que varios jugadores árabes son las estrellas de la Liga israelí. Un principio no escrito ni acordado en ninguna junta, pero que el sector ultra se ocupa de que no se rompa. «La Famili» no quiere árabes.