El pasado jueves, en el desfile inaugural de la Macabeadas, Mitch Goldhar (51) era uno más de la nutrida delegación de Canadá donde se destacaba por su altura el conocido basketbolista de la NBA y los New York Knicks, Amare Studemire, quién incursiona por primera vez en la dirección técnica como ayudante del DT de la selección canadiense en estos juegos.

Goldhar, mientras tanto, al día siguiente del desfile, ya estaba en las canchas de ténis de Hadar Yosef, en Tel Aviv, donde se disputa el torneo de las Macabeadas en dicha especialidad, para jugar su primer partido en la categoría de Masters 45+ frente a su rival de Brasil, a quien más tarde derrotaría por 2 sets a 0. Este sería su primer paso para tratar de conseguir su primera medalla macabea.

Goldhar, multimillonario canadiense, dueño de la cadena Wall Mart - Smart Centers como se la conoce en Canadá -, se dió a conocer en Israel tras comprar las acciones del equipo de fútbol de Macabi Tel Aviv en 2009, convirtiéndose en el patrón y principal sponsor del conjunto.

Hace sólo dos meses, Macabi Tel Aviv rompió una sequía de títulos que duró 10 años y la hinchada macabea respondió agotando todos los abonos para esta próxima temporada. Por primera vez en muchos años, el cartelito de «entradas agotadas» en boleterías aparecerá antes de cada partido que disputen los auriazules.

La revolución en la gestión de Goldhar como presidente empezó con la venida de Jordi Cruyff como gerente deportivo y el español Óscar García como DT.

García, que venía de dirigir en la Masía del FC Barcelona, dejó el cargo tras obtener el campeonato. En su lugar llegó el portugués Paulo Sousa.

El sueño de Goldhar y de los hinchas es llegar a la Champions europea. Por lo pronto el debut en la fase preliminar fue auspicioso venciendo al campeón húngaro Gyor en tierras magiares.

De pasar esta ronda, a Macabi le espera el campeón suizo, FC Basilea, rival harto difícil en el camino para llegar a jugar con los grandes de Europa.

Para Goldhar no hay nada imposible. El canadiense intentará emular la frase de otro judío famoso, que hace más de 110 años apoyado en el balcón de un hotel de Basilea pronunció la frase inmortal: «Si lo queréis no será una leyenda».

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