Sandro Rosell, presidente del FC Barcelona, lo expresó mejor que nadie en la reunión con el presidente israelí, Shimón Peres, en su residencia oficial en Jerusalén: «nuestra visita es una gota en el mar para que puedan llegar un día a la deseada paz ente israelíes y palestinos».

Lo que no pudo la política y la obstinación de poner trabas para que se juegue un amistoso entre FC Barcelona y una selección formada por jugadores israelíes y palestinos, lo pudo la visita del club catalán, dejando a ambos pueblos con gusto a más y con la esperanza de que ese partido pueda disputarse en el futuro.

Pero bastaba con mirar las caras de los niños, tanto en el Estadio de Dura, al lado de Hebrón, como en el Estadio Bloomfield, en Tel Aviv, para entender que el idioma del fútbol es universal; que el amor por Messi, Xavi, Iniesta y el resto del plantel del Barça traspasa fronteras y aquí no hay ni Hamás ni Al Fatah ni Likud ni Partido Laborista.

Pero como en todos estos eventos con mucha prensa, todos quieren aparecer y cortar su cupón. Ayer fue Djibril Rajoub, presidente de la Federación de Fútbol Palestina, quién le regaló a su pueblo natal - Dura - la presencia del FC. Barcelona en su estadio y aprovechó los micrófonos para despacharse contra la ocupación israelí.

Siguió el cantante palestino, Muhammad Assaf, ganador del reality Arab Idol, que deleitó al público con sus éxitos musicales.

Del lado israelí vimos al primer ministro, Binyamín Netanyahu, deportivo con la camiseta de la selección nacional, olvidándose de sus problemas internos para recordarnos, con los pies en la tierra, que un acuerdo de paz no es un partido de fútbol; que el fútbol puede acercar a los pueblos, pero que todavía estamos muy lejos de alcanzar la paz.

Para Peres, toda ocasión que contribuya para acercar la paz durante su mandato es un motivo más para justificar su eterno optimismo.

¿Y el Barça? Demostrando con profesionalidad única que tanto directivos como plantel son expertos en relaciones públicas. Con paciencia de monjes, los jugadores, y en especial Leo Messi, respondieron con sonrisas a cada pedido de foto de un hincha.

El campeón de la liga española ya está camino al Lejano Oriente siguiendo su gira de pretemporada. El viernes pasado antes de partir para Tel Aviv le había propinado una goleada histórica 8-0 al Santos de Brasil.

El rosarino Tata Martino, el nuevo DT del equipo, sabe que para su hinchada eso no alcanza. El famoso tiki-taka tendrá que rendir exámenes más difíciles.

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