Hace tiempo que la pasión por Newell's superó las fronteras de Argentina. Y la visita de Gerardo (Tata) Martino a Israel al frente de la delegación del FC Barcelona fue una muestra de que los aficionados de su país sienten al fútbol como una religión.
En Israel, la filial del equipo rosarino se acercó en multitud al hotel en donde se concentra el Barça con la finalidad de homenajear a quien consideran un embajador de la 'Lepra' - afición de Newell's - en el mundo.
Después de la incertidumbre de no saber si el protocolo del FC Barcelona le permitiría el contacto con el entrenador, el encuentro se llevó a cabo en un marco de intimidad y mucha emoción. Hasta hubo una placa de homenaje para el DT argentino, quien término la cita con los ojos húmedos por semejante visita.
Fue una tarde especial para el Tata. Primero, por la carga de emotividad del encuentro con los mismos que homenajearon a Bielsa cuando visitó Israel con el Athletic de Bilbao, el pasado noviembre. Esta vez, fue su turno. Y lo disfrutó.
Al principio, la cita se hizo esperar, demorada por las formalidades del Barça. En realidad, los encargados de la filial empezaron a rastrear al Tata hace tiempo, a través de sus amigos cercanos y de su staff de colaboradores. Pero ante la visita blaugrana, acortaron el camino: unos 20 comenzaron a infiltrarse en el hotel de uno en uno, sin camisetas ni nada que los delatara como aficionados.
Al llegar la plantilla, se vistieron con los colores de Newell's al grito de «Soyyyy de Ñuls», canción que genero la sonrisa de los futbolistas y la alegría de Messi. También hicieron una placa para Leo.
A los pocos minutos, llego la buena noticia: Martino recibiría a 8 hinchas después de la cena, en una sala del hotel. Conseguido el OK, los aficionados pudieron conmover al DT con su afecto y respeto.
Por si eso fuera poco, entre los argentinos que viven en Israel, el Tata se reencontró con un vecino de su barrio, a quien conoce desde su infancia.
La filial de Newell's en Israel, creada en 1996 y que cuenta con un centenar de participantes, le entregó a Martino una placa en la que le agradeció por su fútbol puro y por su personalidad.
El Tata emocionado dijo que «esta es una de las maravillas que hacen del fútbol una pasión: saber que, vaya uno a donde vaya, siempre habrá un abrazo rosarino dispuesto a darle afecto». Como Gustavo Litmanovich, su hijo Tom y Gustavo Levinsohn, algunos de sus hinchas incondicionales en Israel.
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