El Banco Central de Israel advirtió a la población de los altos riesgos de invertir y manejar la criptodivisa «Bitcoin» y anunció que planea crear una ley especial para regular el uso de esta moneda nacida en internet.
En un comunicado difundido a los medios, la entidad alertó de que el anonimato que envuelve las transacciones eleva las posibilidades de que se produzcan actividades fraudulentas y de que sirvan para propósitos ilegales como el blanqueo de capitales o la financiación del terrorismo.
«Los ciudadanos de Israel deben saber que la bitcoin es una divisa que carece de supervisión, no tiene una base legal y es terreno de cultivo para actividades fraudulentas, ya que al ser anónima es difícil trazar su pista», explicó la nota.
«Este anonimato puede ser explotado para la actividad criminal, como el blanqueo de dinero, la financiación de actividades ilegales, e incluso la financiación del terrorismo», subrayó.
«Por estas razones, el Banco Central de Israel y otras autoridades financieras y legales del país se embarcarán en un proyecto que examine el uso de esta moneda virtual, su estatus legal, su efecto macroeconómico, los riesgos de blanqueo y financiación del terrorismo, imposición y protección de consumidores e inversores», agregó.
El crecimiento de las empresas tecnológicas y de criptografía convirtieron a Israel en uno de los principales centros mundiales de Bitcoin, un sistema financiero de divisas que se intercambian sin el control de un regulador ni respaldo de ningún gobierno ni banco central.
Como cualquier divisa, se puede intercambiar con otras y su valor fluctúa de acuerdo a la demanda en un sistema que cuenta con el apoyo de aquellos que dicen que es más equitativo y libre y la oposición de quienes creen que no es más que una burbuja que explotará en un corto periodo de tiempo.
Más de una veintena de empresas israelíes trabajan actualmente en el desarrollo de mecanismos y herramientas que permitan utilizar las Bitcoin en cualquier tipo de transición por internet, desde comprar comida a invertir en grandes empresas.
Al parecer, los israelíes podrían estar persiguiendo una quimera. Actualmente, la Bitcoin es anónima. Es decir, que un usuario podría tener, por ejemplo, sus bitcoins divididas en tres cuentas bajo tres pseudónimos que no se puedan vincular con su identidad real.
Por lo tanto, aunque la legislación que se implante afecte a los usuarios, la criptodivisa escapa al control de cualquier institución central, y de dejar de hacerlo, perdería su valor icónico - inspirado por el Criptoanarquismo - y por lo tanto atrae a los consumidores.
Las Bitcoin no son más que un protocolo en internet que no está reducido a Israel, por lo que sus ambiciones de controlar la divisa digital se encuentran muy por encima de sus posibilidades, pudiendo únicamente aspirar a controlar el uso que sus habitantes hagan de la misma o impidiendo a sus empresas que la acepten como pago o utilicen. Claro que, dado el caracter anónimo y no regulado de la Bitcoin, saltarse dichos controles no resultaría complicado.
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