Las conclusiones preliminares de la investigación abierta por la Policía israelí sobre la posible mala praxis de su línea de emergencia ante la llamada realizada por uno de los jóvenes secuestrados hace dos semanas en los alrededores de la localidad cisjordana de Hebrón revelaron que «no se intentó confirmar la identidad» del autor de la llamada.

Miembros del comité investigador apuntaron que la agente de policía cuyo trabajo era decidir si se trataba de una falsa alarma o de una llamada real cometió dejación de sus funciones, según informó el diario «Haaretz».

Las grabaciones muestran que la llamada fue recibida por un telefonista que pensó que era sospechosa y la transfirió a la citada agente, quien no consiguió contactar con el autor de la misma. Así, hizo ocho intentos de contacto, pero no intentó descubrir a quién pertenecía el teléfono, como indica la normativa en caso de que se sospeche de una falsa alarma.

Los medios israelíes informaron de que uno de los tres jóvenes logró llamar a la Policía para informar de que estaban siendo secuestrados. «Fuimos secuestrados», gritó uno de los adolescentes cuando pudo contactar con la Policía, lo que se escucha claramente en las grabaciones.

Sin embargo, no se informó al Ejército ni a los servicios secretos hasta varias horas después, cuando el padre de uno de los chicos denunció su desaparición. Fue entonces que se dio credibilidad a la llamada de la noche anterior.

El Gobierno israelí acusó en reiteradas ocasiones a la organización terrorista Hamás por el secuestro y este mismo jueves identificó a dos de sus miembros como responsables del rapto.

Según informó el Canal 1 local, el Shin Bet ya conocía la identidad de los secuestradores dos días después de los hechos y por ello las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) llevaron a cabo redadas masivas en Hebrón para tratar de encontrarlos.

Además, el Canal 1 publicó entrevistas con familiares de los sospechosos, grabadas también dos días después del secuestro, quienes afirmaron que éstos se encontraban ausentes desde el 12 de junio, pero negaron cualquier relación con el rapto.

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