Israel retiró de Gaza a la mayoría de sus efectivos terrestres el domingo en un aparente apaciguamiento de sus operaciones contra Hamás que en casi un mes de duración hprovocó la muerte de más de 1.800 palestinos y más de 60 israelíes.
Pese a que Israel parecía cerca de terminar su misión se registraron duros enfrentamientos en partes de la franja. Y con las autoridades de Hamás prometiendo continuar los combates, se desconoce si Israel podría finalizar la guerra en forma unilateral.
La operación militar israelí en Gaza que inició el 8 de julio en respuesta a semanas de continuos lanzamientos cohetes contra su población, consistió en cientos de ataques aéreos en eterritorio costero palestino. El 17 de julio envió fuerzas terrestres en la que llamó una misión para destruir la red de túneles usada por Hamás para realizar sus ataques.
Hamás lanzó más de 3.000 cohetes a Israel durante la que se tornó en la ronda más sangrienta de combates entre ambos enemigos.
El capitán Roni Kaplan, vocero de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), confirmó el repliegue de las tropas en Gaza luego de que éstas concluyeron la destrucción de la mayoría de la red de túneles.
Kaplan indicó que Israel había detectado cerca de 30 túneles a lo largo de la frontera para lo que consideró un «ataque sincronizado» al Estado judío.
«Causamos un daño sustancial a esta red y básicamente acabamos con esa gran amenaza y la redujimos a su mínima expresión», afirmó. Las FDI enviaron a miles de elementos a Gaza durante la parte más dura de la operación.
En el sur de Israel se vio a vehículos blindados que circulaban lentamente detrás de camiones de plataforma cerca de la frontera con Gaza, donde soldados israelíes arriaron una bandera que estaba desplegada en un tanque y guardaban sus pertenencias y bolsas de dormir.
No obstante, Kaplan agregó que la operación no finalizó y que las FDI seguirán atacando a Hamas para minar su capacidad de lanzar cohetes hacia su territorio e infiltrarse en él.
También el domingo, las FDI indicaron haber encontrado tres motocicletas en uno de los túneles que dan a Israel.
Kaplan explicó que los vehículos eran usados para facilitar un ataque contra israelíes y ayudar a los terroristas a moverse en la zona con mayor rapidez.
Funcionarios israelíes dijeron que las FDI reducirían sus actividades por tierra pero seguiría respondiendo con bombardeos aéreos a los continuos ataques desde Gaza.
«No se trata de una retirada», afirmó el ministro del Gabinete israelí, Amir Peretz, al Canal 10 de televisión. «Es el establecimiento de una nueva línea que está más controlada con la fuerza aérea haciendo su trabajo».
En Gaza, funcionarios de Hamás aseguraron que no detendrán el disparo de cohetes sin que termine el bloqueo israelí del territorio.
«Si Israel se detiene unilateralmente, Hamás declarará la victoria y no otorgará ninguna seguridad ni tregua. En este caso, vamos a vivir bajo una guerra de desgaste hasta que se llegue a una solución política», dijo un funcionarios de alto rango de la organización terrorista.
En el Cairo, los negociadores egipcios y palestinos sostuvieron reuniones sobre un potencial cese al fuego. Después de acusar a Hamás de violar en repetidas ocasiones los acuerdos de un cese al fuego humanitario, Israel comunicó que no participaría en las reuniones y que «no tiene caso negociar con un grupo terrorista».
Mientras tanto, la cifra de soldados israelíes muertos aumentó a 64 luego que Israel anunció que Hadar Goldin, un teniente de infantería de 23 años de la brigada Givati que se temía que fue capturado por Hamás, de hecho murió en combate. Cerca de 15.000 personas acudieron a su funeral el domingo por la tarde.
Goldin era pariente lejano del ministro de Defensa israelí, Moshé Yaalón, quien mantenía una relación cercana con su familia.
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