El ministro de Exteriores israelí, Avidgor Liberman, calificó de «escandalosa, inaceptable e injustificable» la condena de Naciones Unidas al ataque de las fuerzas hebreas a las instalaciones de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos en Oriente Medio (UNRWA) en la Franja de Gaza.
En una reunión con la Comisión de Exteriores y Seguridad del Parlamento israelí, Liberman dijo que la organización internacional debería asegurarse de que sus instalaciones no son utilizadas para lanzar cohetes y almacenar armas.
Además, consideró que, si la ONU quisiera cumplir con sus obligaciones crearía una fuerza internacional para expulsar a Hamás de Gaza, en lugar de esperar a que Israel lo haga.
Liberman calificó también de «hipocresía» las condenas expresadas por el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon.
«Si el secretario general considera que Israel cometió crímenes de guerra, tiene todo el derecho, e incluso la obligación, de recurrir al Tribunal Internacional de La Haya, pero no lo hará porque allí deberá explicar cómo los edificios de la ONU en Gaza, custodiados por cascos azules, se convirtieron en arsenales de misiles de Hamás»,
Naciones Unidas, por su parte, destacó la valentía y la dedicación de su personal humanitario en Gaza, en el marco de la ofensiva israelí contra el enclave palestino, y rindió tributo a los once empleados de UNRWA que murieron por los ataques israelíes.
«Gracias por su valentía, por su sacrificio, por salvar vidas. Los acompaño en el duelo por los colegas fallecidos y les rindo mi tributo más alto», afirmó Ban.
Desde el martes y hasta el sábado las banderas en todos sus edificios estarán a media asta en homenaje a los fallecidos y así lucirá también, este jueves, el emblema de la ONU en la sede central de la organización internacional, en Nueva York, y otras oficinas.
UNRWA detalló que entre los once empleados fallecidos hay cuatro maestros, mientras que el resto desempeñaba diversas actividades. Además, otros trabajadores perdieron a familiares y amigos en el marco de la ofensiva.
Pese a ello, UNRWA destacó que su personal «sigue trabajando incontables horas durante este alto el fuego para reanudar sus actividades y seguir con la ayuda de emergencia».
El número de palestinos desplazados en los centros de UNRWA en Gaza es de 187.000, lo que supone un descenso desde el inicio del alto el fuego.
Sin embargo, la ONU informó que algunas personas que abandonaron los albergues regresaron después de constatar que no tienen donde alojarse o que no disponen de comida.
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