Israel ilegalizó a los grupos de hombres y mujeres musulmanes que suelen hacer guardia junto a los accesos de la Explanada de las Mezquitas en el Monte del Templo de Jerusalén e increpan a los judíos que se encuentran en la zona o tratan de bloquear su paso.
El titular israelí de Defensa, Moshé Yaalón, firmó la declaración que considera a estos grupos independientes conocidos como «murabitún» (guardianes) o «murabitat» (guardianas, en árabe), «organizaciones ilegales», tras recibir recomendaciones en ese sentido por parte de la policía y el Shin Bet.
En las últimas semanas las fuerzas de seguridad israelíes tenían en el punto de mira a los activistas musulmanes, particularmente mujeres, que participaban en este tipo de actividades.
Se trata de voluntarios palestinos que acuden al lugar para «protegerlo» de lo que consideran «ataques de israelíes que pretenden judaizarlo», según explicaron varios de ellos.
Durante las horas en que están permitidas las visitas de turistas al Monte, muchas de ellas se colocan junto a los accesos al recinto sagrado y cuando un judío cubierto con kipá o vestido de ultraortodoxo pasa frente a ellas, suelen gritar a todo pulmón «Alahu Akbar» (Alá es grande) e intentan bloquear su paso.
Estas actuaciones se dan igualmente junto a accesos que controlan fuerzas o agentes seguridad privada israelíes que suelen revisar a los devotos y turistas cuando acceden igualmente al Muro de los Lamentos, aledaño al Monte del Templo.
Se trata de uno de los puntos más explosivos de la región que alberga las mezquitas de Al Aqsa y la Cúpula de la Roca, tercer lugar más sagrado para el islam, y primero para el judaísmo.
El Ministerio de Defensa defendió que la medida «era necesaria a fin de defender la seguridad del Estado, el bienestar social y el orden público».
Yaalón señaló que «Israel permite la libertad de expresión y culto a todos sus ciudadanos y turistas, pero no permitirá que elementos violentos e instigadores dañen el orden público y amenacen la seguridad de los fieles especialmente en un lugar santo sensible como es el Monte del Templo».
La declaración fue firmada tras recibir la aprobación del Fiscal General del Estado, Yehuda Weinstein y significa que de ahora en adelante aquellos que participan en estos actos u organicen actividades de ese tipo podrán ser perseguidos por la ley.
Por su parte, el jeque Azam Tamimi, responsable del Waqf de Jerusalén - autoridad musulmana a cargo de la gestión del lugar - condenó la decisión y señaló que «debe ser legal que cualquier musulmán que lo desee pueda entrar en las mezquitas y nuestros lugares sagrados así como alzar nuestra voz».
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