Israel y la Autoridad Palestina (AP) habrían concluido este viernes un borrador de acuerdo para reanudar las negociaciones, el cual incluye la liberación de Jonathan Pollard y la excarcelación de terroristas palestinos.
El acuerdo estará completado en pocos días, según informó el Canal 2 de la televisión israelí que citó fuentes a las cuales se abstuvo de identificar.
El borrador fue redactado en una reunión en Jerusalén en la que participaron la ministra de Justicia israelí, Tzipi Livni, el abogado Itzjak Moljo, representante del primer ministro Binyamín Netanyahu, el negociador palestino, Saëb Erakat, el jefe de servicios de inteligencia, Majed Faraj, y el emisario estadounidense, Martin Indyk, añadió el canal hebreo.
Las tratativas, patrocinadas por Estados Unidos, entraron en su fase crítica después que Netanyahu rehusó liberar al último grupo de terroristas palestinos, entre ellos 14 árabes israelíes, de conformidad con el compromiso asumido en julio pasado.
El presidente de la AP, Mahmud Abbás, autorizó la solicitud de ingreso en tratados y agencias de la ONU, entre ellos la IV Convención de Ginebra, que considera crímenes de guerra, construcciones y asentamiento de poblaciones en Estados bajo ocupación militar.
De acuerdo con el programa inicial, las pláticas entre israelíes y palestinos deberían alcanzar un acuerdo marco para un entendimiento el próximo día 29, un plazo que a estas alturas resulta imposible cumplir.
Tanto Israel como la Autoridad Palestina volvieron a caer en el conocido ciclo de amenazas comunes para presionar por un diálogo conforme a sus objetivos e intereses, pero como en el pasado, también, el curso de las conversaciones vuelve a pender de un hilo y está por verse qué ofrecerá cada quién.
El proceso de paz mediado por el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, desde hace nueve meses, chocó con «intransigencias y provocaciones» de ambas partes, como criticó «The New York Times»: el anuncio de Israel de nuevos asentamientos judíos y su negativa a liberar a presos palestinos; y la respuesta de la AP presentando la solicitud de reconocimiento de su Estado ante 15 agencias de la ONU y tratados internacionales.
La negativa del reconocimiento palestino de Israel como el Estado-nación del pueblo judío fue otro de los grandes escollos con que se encontró Kerry, lo que desató dentro del Gobierno de Netanyahu una crisis política típica en estos procesos, pero con riesgos igual de fuertes.
«Para Netanyahu el compromiso de liberar el último contingente de presos palestinos tenía un costo político muy alto del que quería obtener otras ganancias, más allá de neutralizar el descontento social que genera tal acción entre los israelíes», afirmó Daniel Wajner, internacionalista de la Universidad Hebrea de Jerusalén.
Por ello solicitar la liberación a Estados Unidos de Pollard fue otro de los elementos que presentó el mandatario israelí, aunque ya la Casa Blanca llegó a asomar esa posibilidad.
Para Abbás resultó un ofensa el hecho de que hablando con los israelíes éstos siguieran con su política de asentamientos y terminaran rechazando las liberaciones, por lo que recurrir a instancias internacionales en su anhelo de figurar como Estado fue un recurso válido.
La decisión, no obstante, es vista por muchos como una forma de Abbás para presionar y continuar, más allá del 29 de abril en la mesa de conversaciones con Israel y Estados Unidos.
«Abbás muy probablemente prefiere la diplomacia directa que la ruta de la ONU; él pudo haber dado los primeros pasos en el último camino porque fue presionado por la línea dura de su partido Al Fatah. Frente a Estados Unidos e Israel le ayudaba a recuperar su popularidad y legitimidad», justificó David Pollock, experto del Instituto Washington para estudios de Oriente Medio.
«Desde esta perspectiva, el episodio de la ONU de los palestinos puede ser un preludio a regresar a la mesa de negociaciones», agregó.
No obstante, la respuesta israelí llegó con el anuncio de Netanyahu de suspender la cooperación con los palestinos a múltiples niveles y la suspensión de transferencias de impuestos recaudados.
Con los días el desánimo frente al proceso viene escalando, aunque Abbás señaló estar de acuerdo con prolongar las negociaciones si éstas conducen a la creación de un Estado palestino independiente que tenga Jerusalén Este como capital, informó el diario árabe «Al Sharq al Awsat». No obstante, el líder palestino mantiene en pie su exigencia de liberar a presos palestinos.
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