El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y el primer ministro británico, David Cameron, se mostraron de acuerdo en seguir aumentando la presión sobre el Gobierno sirio para que su presidente, Bashar al-Assad, ponga fin a la represión contra las movilizaciones opositoras y abandone el poder.
«Debemos mantener la máxima presión sobre todos los que se están resistiendo al cambio en Siria», declaró Cameron durante una rueda de prensa conjunta con Obama, con quien se reunió en la Casa Blanca durante dos horas.
El jefe del Gobierno británico abogó por poner fin a la violencia a través de una solución política, ya que de lo contrario la guerra civil es inevitable.
En este sentido, Cameron advirtió a los dirigentes sirios de que sus acciones podrían constituir crímenes de guerra, recordando que la ley internacional tiene gran alcance y memoria cuando se trata de supuestas violaciones de los Derechos Humanos.
«Trabajaremos con todo el que quiera construir una Siria estable, inclusiva y democrática para todos los sirios», declaró el mandatario británico.
Por su parte, Obama volvió a repetir que «Assad dejará el poder», algo sobre lo que no tiene duda. «No se trata una cuestión de si abandonará, sino de cuando», apuntó el líder norteamericano.
Notas relacionadas:
Cameron: «Obtener pruebas contra Siria para el día del juicio final»
Obama plantea enviar ayuda humanitaria a Siria
Clinton: «Assad pagará un alto precio por ignorar la voluntad internacional»