Israel está utilizando una base permanente en Kurdistán, al norte de Irak, con el objetivo de rastrear bases nucleares iraníes, y de esta manera encontrar una prueba definitiva que permita comprobar que el programa nuclear de Irán intenta desarrollar armas atómicas, según afirma el periódico Sunday Times.
Fuentes de inteligencia occidentales informan que Israel ha utilizado equipos sensibles en sus operaciones secretas para controlar la radioactividad y la magnitud de las pruebas de explosivos, señalando además que las fuerzas especiales israelíes utilizan helicópteros «Black Hawk» para trasladar espías disfrazados de militares iraníes, los cuáles se movilizan en territorio persa con vehículos del ejército militar de Irán.
Se estima que estas operaciones clandestinas se llevan a cabo en la zona desde hace varios años, siendo también dirigidas estas actividades a Fordow cerca de la ciudad de Qom, dónde según afirman fuentes occidentales, Irán ha estado trabajando en un alto nivel de enriquecimiento de uranio y recientemente se han detectado grandes esfuerzos de limpieza, lo que podría indicar que los iraníes están tratando de ocultar evidencias sobre la preparación de ojivas, ante una visita de la AIEA en la zona.
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