En la reciente Cumbre de Chicago, la OTAN se compromtió a fortalecer y desarrollar sus relaciones con los países mediterráneos y Oriente Medio para trabajar en los retos comunes, y subrayó la importancia de mantener la cooperación con la región, como se demostró en la crisis en Libia.
«La crisis de Libia ilustró los beneficios de la cooperación con los países que colaboran con la OTAN en la región. Aquello mostró también la importancia de las consultas regulares entre la Alianza y las organizaciones regionales, como el Consejo de Cooperación del Golfo y la Liga Árabe», afirmaron los aliados en la declaración de la cumbre.
«La Alianza está preparada para consultar con mayor regularidad asuntos de preocupación común a través del Diálogo Mediterráneo», aseguraron.
«Damos la bienvenida a la iniciativa liderada por Marruecos de desarrollar un nuevo documento de trabajo con el Diálogo Mediterráneo, e instamos a los países de la región a ser proactivos y explotar las oportunidades que se desprenden de la colaboración con la OTAN», añadieron.
Asimismo, los aliados acogieron el interés de Libia en profundizar las relaciones con la Alianza y subrayaron que el Diálogo Mediterráneo es el marco perfecto para dar los pasos adecuados para lograrlo.
«Continuamos preparados, si así se nos requiere o si se da la situación, para proveer asistencia a Libia en aquellas zonas donde la OTAN pueda ofrecer un valor añadido», detalló la declaración de la cumbre.
El Diálogo Mediterráneo, que comenzó en 1994, es un foro de cooperación entre la OTAN y siete países de la cuenca sur mediterránea: Jordania, Marruecos, Egipto, Argelia, Israel, Mauritania y Túnez.
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