Durante un largo día de negociaciones diplomáticas en Bagdad, representantes de las cinco potencias fijas del Consejo de Seguridad junto con Alemania, intercambiaron propuestas detalladas con autoridades de Irán, con la esperanza de aminorar el largo enfrentamiento debido al programa nuclear de Teherán que podría ser encarado a fabricar armas nucleares.
Un alto funcionario estadounidense dijo que a pesar de los desacuerdos algunos puntos en común se habían alcanzado, lo que sugiere que los diplomáticos extendieron el ambiente constructivo que prevaleció desde que las conversaciones se reanudaron el mes pasado.
Las seis potencias presentaron un plan cuyo objetivo es controlar el enriquecimiento de uranio al 20% de manera transparente y verificable para asegurarse de que es exclusivamente para fines pacíficos. La prioridad de Irán consiste en garantizar un fin a las sanciones de aislamiento del país que dañan su economía.
Pero ningún avance parece estar a la vista ya que las diferencias se mantienen, en particular, en las exigencias de Irán de ser recompensado con el alivio de las sanciones económicas, las cuales son cada vez más dolorosas, y la posición adoptada por los negociadores decepciona a la parte iraní.
«Las sanciones petroleras y bancarias que se iniciarán el 1 de Julio sólo serán levantadas si tenemos un progreso significativo y genuino», dijo un diplomático.
El negociador iraní, Saeed Jalili, destacó que el paquete ofrecido por las potencias es «desequilibrado».
La eliminación de las reservas de uranio de Irán es un tema que preocupa a Israel. El Estado judío, que considera el programa nuclear de Irán como una amenaza existencial, advirtió que podría atacarlo militarmente si Teherán se acercara a fabricar un arma nuclear o si prosigue con el proceso de enriquecimiento.
La propuesta es que a cambio de los primeros pasos de Irán de enriquecer uranio sólo al 20%, las potencias otorguen beneficios como repuestos para aviones civiles y ayuda de seguridad nuclear en instalaciones civiles, algo que podría interpretarse como que Teherán tiene derecho a un programa nuclear con fines pacíficos siempre y cuando se resuelvan las dudas sobre sus verdaderas intenciones a través de negociaciones serias, detalladas y técnicas con los inspectores de la Agencia Internacional de Energía Atómica.
Por su parte, el líder supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei, aseguró ayer que el poder de Occidente estaba en declive. Jamenei es considerado el principal tomador de decisiones sobre la cuestión nuclear, y el negociador Saeed Jalili fue nombrado su representante personal.
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