Con excepción de bananas y manzanas, el gobierno de Hamás prohibió la importación a Gaza de fruta israelí para proteger la producción local, una medida no a gusto de todos por el temor de que agrave la escasez en la franja y repercuta en una subida de precios.
Vendedores y clientes recriminaron al gobierno islamista que no se haya preocupado de buscar alternativas antes de tomar la decisión, en particular porque muchos de los productos prohibidos no se cultivan en la franja.
«Es una decisión errónea en un momento inapropiado. Fue un golpe para los vendedores y privará de fruta a la población de Gaza», aseguró Mahmud Kitnani, importador de 51 años.
Kitnani, como decenas de importadores y vendedores se quejó de que la prohibición, que entró en vigor la semana pasada, debilitará la economía palestina «porque no hay recursos para compensar las pérdidas» que provoca. «Y en el caso de que haya alternativas a la fruta israelí, ¿cuánto costará?", se preguntó el importador.
Bloqueada por aire y mar (Egipto mantiene abierta su frontera con la franja) desde que en 2007 Hamás se hiciera con su control, Gaza importa 30 toneladas de fruta al año por valor de 15 millones de dólares, según Tahsin al-Saka, director comercial del ministerio de Agricultura del enclave palestino. Dátiles amarillos, melocotones, peras, ciruelas, mangos, kiwis, piñas, albaricoques o pomelos ingresan en la franja a través de Kerem Shalom, el único paso fronterizo habilitado con Israel.
De la prohibición sólo se salvaron manzanas y bananas, dos productos que Hamás considera esenciales. Al-Saka rechazó las quejas y reclamaciones y recordó que el objetivo de la nueva política es defender al productor local.
«¿Por qué tenemos que fomentar los productos israelíes y permitir su entrada en Gaza mientras la ocupación israelí no nos permite exportar nuestros productos?», se preguntó el funcionario al referirse al bloqueo de Israel.
Justificado por los gobiernos israelíes con el argumento de que es necesario impedir el contrabando de armas hacia la franja y la salida de terroristas armados hacia territorio israelí, el bloqueo a Gaza fue casi hermético hasta 2010. Ese año, la muerte de nueve activistas en el abordaje israelí a la flotilla turca generó una ola de condenas internacionales que instaron a Israel a permitir el ingreso de muchas más cantidades y tipos de productos para la población civil.
Pero la exportación sigue encontrándose con las puertas cerradas de Kerem Shalom y sólo de tanto en tanto se informa de la salida de algunos productos. La semana pasada Israel permitió la exportación de muebles de oficina con destino al territorio de Cisjordania, gobernada por Al Fatah.
Kitnani opina que la prohibición afectará negativamente a todas las familias que se dedican a este comercio, que pasarán a engrosar «el ejército de desempleados» de Gaza.
Para Al-Saka se trata de quejas indignantes y originadas únicamente en «el interés personal de los importadores en ganar dinero y hacer beneficios».
Sin embargo, Moin Rajab, profesor de Economía en la Universidad Al-Azhar de Gaza, considera que la prohibición sólo hubiera sido propicia en el caso de la que producción local pudiera abastecer plenamente el mercado.
«Muchos países dejan de importar productos una vez que tienen alternativas, pero en Gaza es difícil de aplicar debido a las dificultades económicas y las condiciones políticas», opinó.
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