El Consejo de Guardianes de la Revolución de Irán entregó una lista de ocho candidatos para los comicios presidenciales del próximo 14 de junio, que recoge a los principales aspirantes conservadores y descalifica a los opuestos al entorno del líder supremo, ayatolá Ali Jamenei, según informó el diario israelí «Haaretz».
El periódico, que citó «fuentes bien informadas», pero no información oficial, afirmó que el ex presidente reformista, Akbar Hashemi Rafsanyani (foto), el político con más larga y destacada trayectoria en puestos públicos en el Irán revolucionario islámico, habría sido descalificado.
También habría sido apeado de la carrera electoral el nacionalista conservador y liberal en cuestiones sociales, Esfandiar Rahim Mashaei, apoyado por el actual presidente saliente, Mahmud Ahmadinejad, a cuyo entorno los conservadores califican de desviacionista del régimen islámico.
De los candidatos aprobados, cinco son los representantes más firmes del sector conservador principalista cercano a Jamenei y, entre ellos, destaca Said Jalili, secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional y principal negociador internacional del país en materia nuclear, que podría ser el próximo presidente de Irán.
También están Mohamad Bagher Qalibaf, alcalde de Teherán; Gholam Ali Hadad Adel, parlamentario y ex presidente del Parlamento; Ali Akbar Velayati, asesor del líder supremo y ex ministro de Exteriores; y Mohsen Rezaei, excomandante del Cuerpo de Guardianes de la Revolución y actual secretario del Consejo del Discernimiento.
Los otros tres candidatos admitidos se presentan como independientes, aunque Hasan Rohani y Mohamad Reza Aref están considerados reformistas moderados y Mohamad Gharazi, que desempeñó cargos públicos con distintas administraciones, no tiene ninguna adscripción.
Pese a los nombres adelantados extraoficialmente por «Haaretz», Seyed Solat Mortazavi, jefe de la Oficina Electoral del Ministerio de Interior, encargada de la difusión oficial de la lista de candidatos, aseguró que la lista oficial de los candidatos se publicará mañana.
Mortazavi explicó que, una vez difundida la lista, la campaña electoral se abrirá a las ocho de la mañana del 24 de mayo y se cerrará a las ocho de la mañana del 13 de junio, 24 horas antes de abrirse las urnas el 14 de junio.
Los doce clérigos y jurisconsultos de alto rango musulmanes chiítas que componen el Consejo, que supervisa la vida política del país y designa a los candidatos a las elecciones nacionales, son en su mayoría ancianos conservadores, cercanos a Jamenei, y tienen una amplia discrecionalidad para decidir que aspirantes eligen.
Aunque la descalificación de Mashaei se daba como muy probable, la del veterano Rafsanyani, cuya inscripción como aspirante tomó por sorpresa y supone un reto importante para los conservadores, será difícil de justificar.
«En este Estado teocrático, para los miembros del Consejo de Guardianes sería incluso difícil asimilar y justificar la aprobación de Mashaei, del que dijeron que 'está poseído por el diablo' y al que llegaron a tachar de hereje», dijo un diplomático europeo que pidió el anonimato, antes de publicarse la supuesta lista de candidatos admitidos.
Según esta fuente, «mucho más difícil sería buscar argumentos políticos o religiosos para eliminar de la carrera presidencial a Rafsanyani, que ya fue todo en el régimen, por lo que dejarlo aparte supondría descalificar la historia viva de la Revolución Islámica, aunque sea por su edad (78 años) y estado físico, como ya sugirieron.
La edad de Rafsanyani, como sugirió el portavoz del Consejo de Guardianes, Abbás Ali Kadjodaie, habría sido la causa para excluirlo de los comicios, si se confirma que fue descalificado.
El Consejo de Guardianes, si decidió eliminar a los principales candidatos de dos corrientes del régimen, no habría tenido en cuenta la participación popular, que puede dar un fuerte bajón.
La descalificación de Rafsanyani y Mashaei puede suponer un paso más en el camino de los conservadores hacia la reducción de la base del régimen y también conlleva el riesgo de fuertes protestas de los sectores excluidos.