El Gobierno turco desmintió las informaciones publicadas por el diario estadounidense «The Washington Post» según las cuales Ánkara filtró a las autoridades iraníes los nombres de hasta una decena de ciudadanos de Irán que se reunieron en Turquía con el servicio de Inteligencia exterior de Israel, el Mossad, como represalia por el ataque de comandos israelíes a la flotilla en 2010 que se saldó con la muerte de nueve activistas turcos.
«Existen varias campañas contra Turquía a nivel nacional e internacional», afirmó el ministro de Exteriores, Ahmet Davutoglu, quien sostuvo que el objetivo de las mismas es dañar la imagen del país, según informó el diario turco «Hurriyet» citado por «Yediot Aharonot».
En base a las informaciones publicadas por el diario estadounidense, la reacción de Ánkara provocó que el Gobierno israelí se atrincherara en su postura de no pedir disculpas a Turquía por el asalto a la flotilla humanitaria que intentaba romper el bloqueo marítimo a la Franja de Gaza.
El primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, se disculpó finalmente en marzo durante la visita al Estado judío del presidente de Estados Unidos, Barack Obama.
El jefe de los servicios de inteligencia turcos, Hakan Fidan, está bajo sospecha de Israel por entender que mantiene relaciones demasiado cercanas al Gobierno iraní. Además, las autoridades de Jerusalén creen que la revelación de los encuentros entre iraníes e israelíes procedió directamente del MIT entre cuyas tareas se encuentra la de investigar estas reuniones secretas.
No obstante, Fidan y la agencia que lidera siguen siendo a día de hoy una fuente de información importante para Estados Unidos, que a su vez comparte con ellos datos confidenciales dada la gran influencia de la que goza el servicio dentro de las fronteras de Turquía.
Según «Yediot Aharonot», altos mandos israelíes acusaron a Turquía de haber vendido a Irán una de las redes de espionaje que Israel tenía en ese país del Golfo Pérsico.
«Siempre supimos que el jefe de la Inteligencia turca filtraba información a los iraníes», señaló un alto mando israelí al diario, después que «The Washington Post» publicara que Irán capturó a una decena de espías israelíes gracias a esa información.
De acuerdo con el rotativo, los agentes, al parecer kurdos que actuaban desde territorio turco por la relativa comodidad en esos pasos fronterizos, fueron descubiertos el año pasado.
El alto mando israelí responsabilizó desde el anonimato al primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, a quien acusó de antisemita y simpatizante de los Hermanos Musulmanes, de facilitar el traspaso de la información.
El Gobierno de Netanyahu no confirmó ni desmintió los hechos.
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