La mayor parte de la comunidad internacional saludó el acuerdo nuclear provisional firmado en Ginebra entre Irán y el Grupo 5+1 formado por EE.UU, Rusia, Reino Unido, Francia, China y Alemania.
El primero en expresar su satisfacción fue el presidente de EE.UU, Barack Obama, quien aseguró que se trata de un «gran acuerdo que hace el mundo más seguro».
Obama confirmó que Irán congelará durante los próximos seis meses su programa nuclear con el objetivo de que éste sea «completa y exclusivamente para fines pacíficos».
«Por primera vez en casi una década, conseguimos frenar el avance del programa nuclear iraní, y las partes clave del proyecto se verán aplacadas», afirmó el mandatario en una intervención desde la Casa Blanca.
El líder ruso, Vladímir Putin, aplaudió este «paso decisivo para acercar la solución de uno de los problemas más complejos de la política mundial», pero advirtió de que es «sólo el primero en un largo y complejo camino».
Putin afirmó que el acuerdo supone una «ganancia para todos, porque muestra que prevaleció el sentido común y ayudará a superar la peligrosa tendencia de los últimos años, cuando se intentó resolver por la fuerza situaciones conflictivas y de crisis en Oriente Medio».
El primer ministro británico, David Cameron, aseguró que lo sellado en Ginebra deja a Irán «más lejos de obtener armas nucleares y demuestra cómo pueden ser de persistentes la diplomacia y las duras sanciones para permitirnos avanzar en nuestros intereses nacionales».
«El buen avance sobre Irán está lejos del final, pero es una muestra de que la presión funciona. Seguiremos aplicando las sanciones con firmeza para lograr un acuerdo final y completo que responda a las preocupaciones de la comunidad internacional», aseveró.
El jefe de la diplomacia británica, William Hague, indicó que el acuerdo «demuestra que es posible trabajar con Irán» y agregó que ahora comienza «el duro trabajo de aplicar y construir el tratado definitivo».
«El acuerdo con Irán es bueno para el mundo entero, incluidos los países de Oriente Medio y los propios habitantes de Irán», consideró Hague, al tiempo que admitió las «preocupaciones legítimas» de Israel, pues «Irán tiene un historial de no revelar la verdad sobre su programa nuclear al resto del mundo».
Para el presidente francés, François Hollande, que recientemente visitó Israel, lo acordado en Ginebra es un «paso importante en la buena dirección que respeta las exigencias interpuestas por Francia», mientras que para su colega alemán, Guido Westerwelle, «marca un punto de inflexión y supone un avance decisivo hacia el objetivo común de impedir el armamento atómico iraní».
El líder supremo de la República Islámica de Irán, el ayatolá Alí Jameneí, felicitó al Gobierno del nuevo presidente, Hassan Rohani, quien, por su parte, calificó de «éxito» el pacto nuclear, alcanzado a cambio de una reducción parcial de las sanciones internacionales que asfixian desde hace meses la debilitada economía nacional.
Rohani se mostró dispuesto a disipar «todas las dudas» que tiene el mundo sobre el programa nuclear iraní y afirmó que la negociación para un acuerdo final empezará «de inmediato», pero también subrayó que el acuerdo supone el reconocimiento internacional del derecho de Irán de enriquecer uranio en su territorio.
Contrarestando el rechazo israelí al acuerdo, que el primer ministro hebreo, Binyamín Netanyahu, calificó de «error histórico» y agregó que «el mundo se convirtió en un lugar mucho más peligroso», el secretario de Estado norteamericano, Johh Kerry, aseguró que gracias al pacto firmado «Israel está ahora más seguro».
La Autoridad Palestina subrayó que los resultados de Ginebra transmiten a Israel el mensaje de que «la paz en Oriente Medio es inevitable» y contribuyen a que la región sea libre de armas nucleares.
La Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) consideró el acuerdo como «un importante paso adelante» y se declaró lista para verificar su cumplimiento, según el director de la organización, Yukiya Amano.
Por su parte, el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, declaró que lo alcanzado en Ginebra «podría convertirse en el inicio de un acuerdo histórico en Oriente Medio».
Ban instó a los países interesados a hacer todo lo posible para «crear una confianza mutua y continuar las negociaciones para extender el alcance de este acuerdo inicial».
Desde Bruselas, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, calificó el pacto como un «paso decisivo para la seguridad global y la estabilidad».
A su vez, el jefe del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, señaló que el acuerdo «reducirá tensiones políticas y ayudará a construir confianza y apoyo a la promoción de la no proliferación de armas de destrucción masiva».
«Es un paso importante tanto para Irán como para el resto de la comunidad internacional, de cara a ofrecer garantías que demuestren la naturaleza pacífica del programa nuclear iraní. Resolver esta cuestión de manera efectiva tendrá efectos significativos a nivel regional y global», indicó.
El Gobierno interino de Egipto calificó de «satisfactorio» el acuerdo y expresó su confianza en que se logre un pacto «permanente».
El régimen de Siria felicitó a los iraníes por este «logro histórico que reafirma el importante papel de Irán en la seguridad y la estabilidad de la región».
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