La Autoridad Palestina rechazó la reivindicación del primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, de reconocer a Israel como Estado nación del pueblo judío afirmando que, lejos de eliminar las causas del conflicto, imposibilita la paz.
Netanyahu lamentó que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) decidiera postergar una exposición que debía inaugurarse hoy en París sobre «la relación de 3.500 años del pueblo judío con Tierra Santa», en colaboración con la UNESCO y el Centro Simón Wiesenthal.
«La explicación que se dio fue que eso perjudicaría a las negociaciones. Eso no perjudicaría nada. Las tratativas están basadas en los hechos, en la verdad, que jamás perjudica», aseguró Netanyahu.
La UNESCO anunció el pasado viernes la postergación sin fecha de la inauguración, debido a una carta de 22 miembros del grupo árabe manifestando su «preocupación por el posible impacto negativo de la exposición sobre el proceso de paz y las negociaciones en curso en Oriente Medio», aludiendo al pedido de reconocimiento de Israel como «Estado nación del pueblo judío».
Netanyahu la convirtió en una cláusula fundamental de todo acuerdo final de paz, alegando que desde 1948, la raíz del conflicto es «la negación de nuestro derecho a vivir aquí».
La dirigencia de la AP se opone a lo que considera como una capitulación sobre lo que es más sagrado para ella, el recuerdo de la «Nakba» (catástrofe), señalando que Israel ya fue reconocido en 1993, al firmarse los Acuerdos de Oslo, y que la finalidad de un acuerdo de paz es «poner fin a la ocupación que comenzó en 1967».
«Nosotros afirmamos nuestro rechazo categórico y de principio a la exigencia de reconocimiento de Israel como Estado nación del pueblo judío», declaró el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbás, en un discurso pronunciado en Marruecos ante el Comité Al Quds (Jerusalén), que reúne a unos 15 países musulmanes.
«Por otra parte, no aceptaremos ningún ataque a los derechos de los refugiados palestinos garantizados por la legalidad de las resoluciones internacionales, ni a los derechos de los ciudadanos palestinos de Israel», agregó Abbás para justificar esa negativa.
«Rechazamos los intentos de tachar nuestra narrativa histórica y de borrar nuestra memoria colectiva, así como de falsificar la historia pisoteando los hechos establecidos», insistió el presidente de la AP, quien se autodefinió como un refugiado de la «Nakba».
Hace unos meses, el jefe negociador palestino, Saeb Erakat, manifestó su deseo de que «Netanyahu encuentre fuerzas para presentar sus excusas al pueblo palestino por la destrucción de 418 aldeas en 1948».
Por su parte, Nabil Shaath, asesor de Abbás y veterano negociador, lamentó la semana pasada que Israel logró imponer su orden del día al secretario de Estado norteamericano, John Kerry, mediador en las negociaciones.
«Se trata de un problema de narrativa histórica que ocupa la mayor parte del tiempo de Kerry», destacó Shaath.
«Desde el punto de vista israelí, reconocer a Israel como un Estado nación del pueblo judío equivale a derogar el derecho al retorno o una solución al problema de los refugiados palestinos basada en la resolución 194» de la Asamblea General de la ONU, explicó, denunciando «una exigencia totalmente nueva».
«¿Existe algún dirigente palestino en su sano juicio que pueda aceptar algo así? ¿O el objetivo es únicamente hacer imposible la firma de un acuerdo de paz con Israel?», preguntó retóricamente.
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