El Esmeralda, buque escuela de la Armada chilena, partió desde Haifa hacia el puerto de Cádiz (España), donde fue construido hace casi seis décadas, tras una estancia de ocho días en Israel en los que fue visitado por más de 13.000 personas.
«El paso por Tierra Santa, y de lo que ésta representa, es parte de la formación y de la instrucción integral de nuestros cadetes y de la Armada», dijo el capitán de navío Guillermo Lüttges, comandante del crucero de instrucción, poco antes de elevar anclas.
Con grandes banderas chilenas en cada uno de sus imponentes mástiles, el buque de 3.700 toneladas abandonó el puerto israelí con su dotación vestida de gala y formada en cubierta.
A las aguas territoriales de Israel, etapa casi permanente de sus cruceros de instrucción cuando éstos incluyen el Mediterráneo, el Esmeralda llegó el pasado día 24 de septiembre, aunque en Haifa sólo entró tres días después debido a que en el Estado judío se conmemoraba Yom Kipur.
«Entró sin el tradicional saludo de 21 salvas que suele disparar por la particular situación local, para no generar alarma», declaró el agregado naval de Chile en Israel, Leonardo Quijarro.
Durante su estancia la tripulación visitó los lugares santos cristianos en Jerusalén, Belén y la Galilea, así como otros destinos de interés turístico.
También rindió homenaje al busto del comandante chileno Arturo Prat Chacón (1848-1879) en la base naval de entrenamiento de Haifa, y llevó a cabo la ceremonia Stella Maris en el monte Carmel, que consiste en una ofrenda al monumento de la Virgen del Carmen.
Se trata de una imagen que fue trasladada a Tierra Santa por la Armada de Chile y uno de los símbolos de la estrecha cooperación que existe entre las armadas de los dos países desde hace décadas.
«Chile mantiene muy buenas relaciones con muchos países y uno de ellos es Israel y nuestra visita es un ejemplo», explicó el comandante Lüttges, y añadió que la cifra récord de 13.000 personas que visitaron el barco estos últimos días «muestra el amor de los israelíes a Chile y a la Marina chilena».
«La visita del Esmeralda también expresa los valores comunes y el deseo mutuo de cooperación», indicó por su parte el teniente coronel Ilán Laví, jefe de Organización y Relaciones Internacionales de la Armada israelí.
Mucho más pequeña y joven que la Armada chilena, «la israelí lamentablemente no tiene un buque escuela, y la instrucción de sus oficiales es mucho más corta», explicó.
La última vez que el Esmeralda, recaló en Haifa fue en 2008, aunque sus visitas se remontan varias décadas atrás.
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