En la noche del lunes, cuatro cohetes Katyusha fueron disparados desde el Líbano hacia el norte de Israel, causando daños a edificios y generando un gran incendio al impactar uno de ellos contra un tanque de gas.
El equipo de bomberos local combatió las llamas durante horas, y afortunadamente no se registraron víctimas.
Las Fuerzas de Defensa de Israel respondieron al ataque disparando proyectiles de artillería.
Tras registrar la zona, las fuerzas policiales y las FDI informaron que fueron cuatro los cohetes que impactaron al norte del país.
Haciendo hincapié en la gravedad del incidente, el Ejército israelí puso en manos del gobierno libanés la detención de los ataques.
Los servicios de seguridad israelíes no responsabilizaron a Hezbollah por el atentado, aunque lo adjudicaron a una pequeña facción, probablemente relacionada con el movimiento global de la yihad, que opera en el sur de Líbano, quienes se vinculan con grupos palestinos.
Esta es la primera confrontación de este tipo en casi dos años, y la octava desde el fin de la Segunda Guerra del Líbano.
El martes por la mañana, la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en el Líbano se comprometió a asegurar la calma en la frontera, horas después de que los cuatro cohetes fueran disparados.
Tras el atentado, los comandantes de la FINUL, tuvieron una reunión de emergencia con representantes de las Fuerzas de Defensa israelíes y el ejército libanés.