Refiriéndose a los últimos acontecimienos en los países árabes, el presidente de Israel, Shimón Peres, dijo que a su juicio, los Hermanos Musulmanes en Egipto van a mantener la paz con Israel y que el terremoto político en la región debería ser un incentivo para relanzar el proceso de paz a fin de privar de cualquier excusa a los fanáticos de la región.
En un encuentro con periodistas españoles, Peres insistió en que existen elementos nuevos, limitados pero prometedores, en la dinámica de cambios que protagoniza Oriente Medio, donde por primera vez es incómodo ser un dictador.
Para el mandatario israelí, el hecho de que en Egipto los islamistas ganen las elecciones, no significa que ellos vengan acompañados de soluciones. Según Peres, el mayor problema en los países árabes no es la política sino la pobreza, la corrupción, el desempleo, la discriminación de la mujer y la falta de agua, entre otros, y no se divisa que los islamistas tengan un programa efectivo para hacer frente a esos retos que requieren profundos cambios sociales.
En relación a Irán, Peres afirmó que el terrorismo islámico es un peligro tanto para Israel como para el resto del mundo. El presidente agregó que sería mejor hacer frente a dicha amenaza sin una operación militar pero, a su entender, las sanciones y las presiones políticas deben ser colectivas, serias y efectivas.
Peres sostuvo que el intercambio de prisioneros con Hamás no debe interpretarse como una posibilidad de entendimiento entre Israel y la organización fundamentalista. Para el presidente israelí, el canje es el resultado del precio que Israel está dispuesto a pagar para salvar a uno de sus soldados, en este caso a Gilad Shalit, pero eso no cambia el hecho de que Hamás sea básicamente un grupo terrorista con el que apenas se puede negociar.