El ex presidente israelí, Moshé Katsav, ingresó en prisión para cumplir una condena de siete años por violación, agresión sexual, abuso de poder, obstrucción a la justicia y acoso a testigos contra tres subalternas cuando se desempeñaba como ministro de Turismo y jefe del Estado.
Katsav se presentó poco después de la 10:00 de la mañana en la puerta principal de la cárcel de Maasiahu, luego de que el servicio de prisiones le denegara una solicitud de optar utilizar una vía más discreta.
El ex jefe del Estado cumplirá la condena en un ala especial para presos religiosos del centro penitenciario y será puesto bajo extrema vigilancia en un primer momento, ante el temor de que pueda intentar suicidarse.
Un portavoz del servicio de prisiones comunicó que se le permitió a Katsav, de manera inicial, compartir la celda con otro ex ministro israelí, Shlomo Benizri, titular de Salud entre 1999 y 2000, condenado por aceptar sobornos al ofrecer información privilegiada a un contratista local.
Antes de partir desde su casa hacia la cárcel, Katsav manifestó ante la prensa que los tribunales israelíes "condenan a muerte" a una persona inocente sin que existan pruebas evidentes de su culpabilidad. El ex mandatario agregó que nunca hizo daño alguno y dijo confiar en que el tiempo le dará la razón.
La Corte Suprema israelí desestimó el pasado 10 de noviembre un recurso presentado por Katsav contra la condena de cárcel dictaminada en marzo por el Tribunal del Distrito de Tel Aviv.
Además de violación y agresión sexual, quien fuera presidente del Estado de Israel entre 2000 y 2007 también fue sentenciado entonces a cumplir dos años de libertad condicional y a pagar 100.000 shekels (unos 28.000 dólares) a una de las mujeres que violó.
Katsav, que permaneció aparentemente impasible durante todo el proceso judicial, decidió recurrir su condena por violación y alegó que las relaciones sexuales mantenidas con una de las demandantes fueron consensuadas, algo que el Tribunal Supremo consideró falso.