El Gobierno de Israel aprobó hoy un amplio plan de 168 millones de dólares para detener la infiltración ilegal continua y deportar a quienes ya residen en el país.
"Los infiltradores representan una amenaza para la economía, la sociedad, la infraestructura, el bienestar y para nuestra seguridad interna", afirmó el primer ministro Binyamín Netanyahu a los ministros en la sesión semanal del Ejecutivo.
"Poblaciones enteras están empezando a mudarse a Israel. Si no actuamos para detener la inundación, simplemente nos veremos afectados con una cifra de 100.000 infiltrados que se espera crucen al país cada año", dijo Netanyahu.
Israel está construyendo una barrera de 240 kilómetros a lo largo de su frontera con Egipto para defenderse de potenciales ataques terroristas y detener a los infiltradores ilegales.
La prioridad del plan es completar dentro de un año la construcción de la barrera, dijo Netanyahu. Además, Israel está construyendo instalaciones de detención en el oeste del Neguev, donde estarán detenidos los infiltrados ilegales.
El primer ministro aseguró que dio instrucciones de castigar a través de cuantiosas multas a los empleadores que contraten a inmigrantes ilegales.
La Autoridad de Población e Inmigración dijo que cerca de 27.000 residentes ilegales que huyen de guerras civiles y de otras crisis humanitarias en sus países, residen en Israel. La mayoría provieen de Sudán y Eritrea y otros de Nigeria, Etiopía y Costa de Marfil. Casi todos ingresan prácticamente sin impedimientos a través de la frontera de Israel con Egipto.
Netanyahu también anunció hoy que tiene intención de visitar Africa en los meses próximos para discutir el retorno de los infiltrados a sus países.
El primer ministro atribuyó la infiltración a Israel, que alcanzó niveles récord el año pasado, a la crisis económica mundial y a los levantamientos en la región. Prometió proteger la frontera del país y los empleos de los ciudadanos.