El ministro israelí de Defensa, Ehud Barak, dijo en Viena que el régimen del presidente sirio, Bashar al-Assad, ya está marcado por su caída y que ésta será "una bendición para Oriente Medio", aunque nadie sepa lo que vendrá después.
"La familia Assad está señalada por su caída y nadie sabe lo que pasará luego", señaló Barak en una conferencia sobre política internacional.
"La caída de Assad sería una bendición para Oriente Medio. Con la familia Assad las cosas no funcionan", añadió.
El ministro consideró que en estos momentos son completamente imprevisibles los desarrollos a los que conduce la llamada "Primavera Árabe", que sin embargo calificó de "inspiradora" y "emocionante" a largo plazo.
Pero a corto plazo, "los islamistas se harán con el poder y eso es muy preocupante", agregó.
Barak subrayó que Israel debe mejorar su seguridad, especialmente en la frontera con Egipto, a pesar de mantener buenas relaciones con las autoridades del país vecino. El titular de Defensa dijo que también en el futuro Israel deberá adoptar medidas más claras para garantizar la seguridad de su población y aseguró que el actual gobierno no está construyendo nuevos asentamientos.
"Este es el primer gobierno que ha enfriado ese proyecto", se está construyendo "menos" y "más lentamente", pero "ningún asentamiento nuevo", sino que se trata de ampliaciones y renovaciones de los ya construidos, aseguró.
Con respecto al régimen de Teherán y su polémico programa nuclear, insistió en que "Irán no es un problema para Israel", sino "para el mundo entero".
"Un Irán nuclear cambiaría toda la geografía", sentenció Barak, y alertó de que además, la república islámica podría suministrar armas no convencionales a grupos terroristas.