Éste sábado, decenas de miles de turistas y peregrinos cristianos llegaron a la ciudad cisjordana de Belén para la celebración de la Navidad, llevando la alegría y la calidez de las fiestas al lugar del nacimiento de Jesús, en una noche fría y lluviosa.
Con la mayor convocatoria de la última década, los funcionarios palestinos declararon orgullosos que rezarán para que las celebraciones los acerquen a su sueño de independencia. Belén, al igual que el resto de Cisjordania, cayó en tiempos difíciles tras el levantamiento palestino contra la ocupación israelí a finales del año 2000.
Afortunadamente, en los últimos tiempos, los combates han disminuido y los contingentes de turistas han regresado. El sábado por la noche, el ejército israelí, que controla el movimiento dentro y fuera de la ciudad, informó que unos 100.000 turistas llegaron a Belén, incluyendo extranjeros y cristianos árabes de Israel, frente a los 70.000 que arribaron a la ciudad el año anterior. En la mañana del domingo, el Papa Benedicto XVI pidió la reanudación de las conversaciones de paz entre Israel y los palestinos en un mensaje especial de Navidad.