El comandante en jefe de las Fuerzas Armadas Conjuntas de EE.UUU, el general Martin Dempsey, llegó a Israel y se reunió con su homólogo israelí, el teniente general Benny Gantz en una cena de camaradería.
Dempsey inició hoy su jornada en la sede del Estado Mayor, donde se le recibió con una guardia de honor. Además, visitará el museo recordatorio del Holocausto en Jerusalén, Yad Vashem, y mantendrá reuniones también con el ministro de Defensa, Ehud Barak, el jefe del Servicio de Militar de Información, el general Aviv Kohavi, el presidente, Shimón Peres, y el primer ministro, Binyamín Netanyahu.
Según la prensa local, la intención de Dempsey es convencer a Israel a dar más tiempo al sistema de sanciones que la administración estadounidense de Barack Obama y la Unión Europea imponen a la República Islámica de Irán, en un esfuerzo por frenar su plan de desarrollar armas atómicas.
Netanyahu declaró ayer, durante su visita a Holanda, que «es imperioso tomar medidas contra Irán antes de que sea demasiado tarde», y aseguró que «hay que intensificar las sanciones».
Contrariamente a lo que afirman en el Departamento de Estado, Netanyahu considera que las sanciones por ahora no funcionan. Las discrepancias al respecto entre Israel y Washington ensombrecen en cierta medida el ambiente de fondo en la visita de Dempsey, pero no cambian la visión común de ambos países: Irán desea desarrollar armas nucleares - algo que ayer volvió a mencionar también la Agencia Internacional de Energía Atómica - y no se le debe permitir lograrlo.
Según Israel, Irán es el tema que despierta mayor preocupación. Cabe recordar que el presidente de Irán, Mahmud Ahmadinejad, llama repetidamente a destruir a Israel. Y ante los ojos del Estado hebreo, la combinación entre un régimen fundamentalista como el de los ayatolas y eventual poderío nuclear, es una receta letal.
Pese a ello, el ministro de Defensa israelí, Ehud Barak, declaró esta semana que Israel no tomó por ahora ninguna decisión de atacar a Irán e inclusive que está «lejos de ello». De todos modos, tanto Israel como EE.UUU suelen recalcar que «todas las opciones» están sobre la mesa. Y el presidente Obama reiteró también estos días que se mantiene firme en su convicción de que «no se puede permitir a Irán alcanzar poderío nuclear».
El embajador estadounidense en Israel, Daniel Sapiro, dijo ayer que su país e Israel coordinan los esfuerzos «para impedir que Irán tenga armas nucleares». Pero dado que el general Dempsey considera que una conflagración armada sería «una tragedia», su intención es garantizar que Israel acepte dar tiempo a ver si funcionan las sanciones.