El ministro de Defensa israelí, Ehud Barak, que de hecho es el número dos del Gobierno, fue convocado a Washington la semana próxima, según informaron medios de comunicación locales. El primer ministro, Binyamín Netanyahu, efectuará una visita a la capital norteamericana a comienzos de marzo.
Estados Unidos y Europa redoblan así sus presiones para evitar que Israel desencadene un ataque contra Irán sin que se hayan agotado las vías diplomáticas para lograr que la República Islámica renuncie a su programa nuclear.
En el marco de esta campaña, Tom Donilon, consejero para Seguridad Nacional del presidente estadounidense Barack Obama, arribó a Israel donde se entrevistó durante dos horas con Netanyahu y se reunió aparte con Barak, cuya posición dura en la crisis iraní inquieta a Estados Unidos.
Además, esta semana Estados Unidos enviará a Jerusalén al jefe de los servicios secretos James Clapper, informaron los medios israelíes.
«Israel sufre presiones de todos los lados. Los norteamericanos no quieren que les sorprendan y verse ante el hecho consumado de un ataque israelí a Irán», declaró un alto responsable israelí que pidió mantener el anonimato.
El jefe del Estado Mayor estadounidense, general Martin Dempsey, afirmó que sería prematuro lanzar una acción militar contra Teherán.
Desde hace varias semanas, Israel mantiene el suspenso sobre la posibilidad de bombardear las instalaciones nucleares iraníes.
«Por el momento, del lado israelí, hay una tendencia a mantener el suspenso para empujar a la comunidad internacional a imponer sanciones aún más duras contra Irán, como también debido a la diversidad de opiniones habitual en el seno de la clase política», destacó el responsable israelí.
El domingo, el jefe de la diplomacia británica, William Hague, estimó que no sería juicioso de parte de Israel intervenir militarmente contra Irán.
«La solución nunca es militar, la solución es política y diplomática», declaró el presidente francés, Nicolas Sarkozy, en París ante representantes de la comunidad judía.
En el frente interno, Tzipi Livni, dirigente centrista de la oposición, acusó a Netanyahu de aislar a Israel. «La política del primer ministro desembocó en el hecho de que todo el mundo nos llama con altavoces a hacer esto o a no hacer aquello. Todo el mundo está detrás de nosotros para detenernos».
«Netanyahu consiguió un doble aislamiento en el caso iraní y en el proceso político con los palestinos», lamentó Tzipi Livni.
En un editorial titulado «Una advertencia estadounidense», el diario Haaretz considera que «Israel debe escuchar las advertencias provenientes de Washington y abstenerse, por el momento, de tomar decisiones unilaterales».
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