Israel aprobó preliminarmente un plan para construir más de 600 viviendas en el asentamiento judío de Shiló en Cisjordania, en una medida que provocó el reproche de la ONU y de los palestinos, y que amenaza con elevar tensiones con Estados Unidos en momentos en que el primer ministro Netanyahu se apresta a visitar la Casa Blanca.
Funcionarios israelíes intentaron calmar la situación diciendo que la construcción demoraría años, en el mejor de los casos.
Pero la ocasión de la medida podría deteriorar todavía más los vacilantes esfuerzos de paz en la región y empaña el planeado viaje del primer ministro Binyamín Netanyahu a Washington el próximo mes de marzo, en el que se espera discuta el programa nuclear de Irán y otras cuestiones regionales con el presidente Barack Obama.
El enviado de la ONU a Oriente Medio, Robert Serry, calificó de «deplorable» el anuncio israelí que, según dijo, «nos aleja más del objetivo de una solución de dos Estados».
Las conversaciones ente israelíes-palestinas se estancaron en los tres últimos años por la cuestión de construcciones en los asentamientos judíos en terrenos disputados.
Los palestinos, que reclaman Cisjordania y Jerusalén Oriental para un futuro Estado, dicen que no tiene sentido negociar con Israel mientras sigue expandiendo sus asentamientos en esos lugares.
Israel, que capturó las áreas en la Guerra de los Seis Días, en 1967, afirmó que las negociaciones deben comenzar sin condiciones previas.
La comunidad internacional se opone a todos los asentamientos.
Un diálogo de bajo nivel iniciado el mes pasado en Jordania no logró progreso alguno.
El pasado martes, Jordania acusó del estancamiento a Israel debido a sus «políticas unilaterales», aunque el rey Abdullah II aseguró que las conversaciones no fracasaron y que las partes volverán a reunirse.
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