Un grupo de arqueólogos y expertos en asuntos religiosos presentó en Nueva York las conclusiones de una investigación con la que aseguran haber obtenido por primera vez evidencias arqueológicas de la cristiandad en tiempos de Jesús en una tumba localizada en Jerusalén hace tres décadas.
«Hasta ahora me parecía imposible que hubiesen aparecido tumbas de ese tiempo con testimonios fiables de la resurrección de Jesús o imágenes del profeta Jonás, pero las evidencias son claras», afirmó James Tabor, director del Departamento de Estudios Religiosos de la Universidad de Carolina del Norte.
La tumba fue descubierta en 1981 durante las obras de construcción de un edificio de apartamentos en el barrio de Talpiot Este, a menos de 4 kilómetros de la Ciudad Vieja de Jerusalén, en el mismo emplazamiento donde un año antes se encontró lo que algunos creen que fue la tumba perdida de Jesús y su familia.
En uno de los osarios encontrados, que los expertos sitúan en torno al año 60 d.C., se puede ver la imagen de un gran pez con una figura humana en la boca en lo que los expertos interpretan como una representación que evoca al pasaje bíblico del profeta Jonás.
La investigación les permitió descubrir también una inscripción griega que, en su opinión, hace referencia a la resurrección de Jesús.