El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y el primer ministro de Israel, Binyamín Netanyahu, se reunirán el lunes en medio de la tensión generada por sus diferencias sobre cómo lograr que el régimen iraní abandone su programa nuclear.
En lo que se prevé que sea un anticipo de la reunión, el presidente estadounidense expondrá sus posiciones ante el Comité de Acción Política Americano-Israelí - AIPAC -, el principal grupo de presión pro israelí en Estados Unidos.
El cara a cara tendrá lugar en la Casa Blanca, antes de que el primer ministro participe en AIPAC, plataforma que utilizó el año pasado para reafirmar sus posturas sobre el proceso de paz en Oriente Medio en un momento en el que EE.UU buscaba un acercamiento entre ambas partes.
En una reunión que se prevé tensa, se espera que Obama pida paciencia y contención a Netanyahu, ante la posibilidad de que Israel lance un ataque preventivo sobre Irán para persuadir a Teherán de que abandone su programa nuclear, mientras que el político israelí demandará a Estados Unidos una posición más firme.
Obama insistirá en que EE.UU comparte con Israel la preocupación de que Irán pueda desarrollar armas nucleares en una de las regiones más volátiles del mundo, pero le pedirá tiempo hasta ver el efecto de las sanciones internacionales - que se reforzaron el pasado enero para prohibir la compra de petróleo iraní a partir de julio -, antes de apoyar una intervención militar.
Israel considera que la vía diplomática no está funcionando y Netanyahu también tratará de presionar a Obama para que defina claramente cuándo y cómo decidirá EE.UU si las sanciones están dando resultado y cuán comprometido está en el uso de la fuerza.
En una entrevista publicada por la revista «The Atlantic», Obama advirtió de los grandes costos y las consecuencias no deseadas que puede causar un ataque a Irán, que además puede quedar como víctima ante la comunidad internacional.
Irán defiende que su programa nuclear es sólo para fines civiles, pero los inspectores internacionales descubrieron evidencias que sugieren que oculta intenciones militares.
«En un momento en que no hay una gran simpatía por Irán y su único aliado real, Siria, está contra las cuerdas, ¿queremos una distracción por lo que Irán puede presentarse como una víctima?», preguntó Obama.
El presidente reiteró que «todas las opciones están sobre la mesa», incluida la acción militar - siempre como última opción -, una posición que no parece convencer al gobierno israelí.
Anticipándose al encuentro, el ministro de Defensa israelí, Ehud Barak, realizó una visita relámpago a Washington para entrevistarse con altos funcionarios estadounidenses en un intento, según los analistas, de resolver las diferencias y tratar de presentar un frente unido cuando los dos líderes se reúnan.
Según informó, Ilan Berman, vicepresidente del American Foreign Policy Council en Washington, la relación entre Estados Unidos e Israel tuvo altos y bajos, pero la discrepancia sobre el asunto iraní «es probablemente la más profunda entre los dos países hasta ahora».
Si bien, funcionarios de ambos lados reconocen que las relaciones en materia de cooperación militar e inteligencia son fuertes, la gestión del Gobierno de Obama sobre el conflicto en Oriente Medio fue otro obstáculo en entre ambos mandatarios.
En su primer discurso como presidente ante el AIPAC el año pasado, Obama defendió su propuesta para que Israel reabriera la negociación con los palestinos con base en las fronteras de 1967, que fue rechazado de plano por Netanyahu.
En el mismo foro Netanyahu se mantuvo desafiante, después de que Israel anunciara la construcción de 1.600 nuevas viviendas en Jerusalén Oriental, en plena visita del vicepresidente de EE.UUU, Joe Biden, y afirmó que «el pueblo judío construía Jerusalén hace tres mil años y seguirá construyendo Jerusalén hoy».
El anuncio se hizo un día después de que el enviado especial de EE.UU para Oriente Medio, George Mitchell, asegurara que israelíes y palestinos habían aceptado mantener un diálogo indirecto de paz y el desaire enfrentó a Netanyahu y la secretaria de Estado, Hillary Clinton, quien consideró menoscabado el papel de Estados Unidos como mediador.
Obama retomará sus esfuerzos diplomáticos este domingo ante AIPAC a la que acudirá también el presidente de Israel, Shimón Peres, con quien está previsto que se entreviste.
El diario israelí «Haaretz» adelantó esta semana que Peres manifestará a Obama su oposición a una operación militar en un futuro próximo en Irán, después de sugerir que su país habla en serio cuando asegura que todas las opciones están sobre la mesa.Notas relacionadas:
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