El ministro de Defensa israelí, Ehud Barak, afirmó durante una conferencia de prensa que las próximas elecciones en Israel no afectarán su estrategia para abordar el programa nuclear de Irán, incluyendo sus planes de una operación militar preventiva.
Las disputas dentro de la coalición conservadora gobernante del primer ministro Netanyahu por el servicio militar obligatorio y los recortes presupuestarios, llevaron a los partidos a movilizarse para adelantar la elección para el 4 de septiembre, un año antes de lo previsto.
Dicha movida política plantea preguntas sobre si un ataque israelí contra sitios nucleares iraníes podría archivarse debido a la reticencia del Gobierno a enviar votantes potenciales a bombardear refugios.
«Las elecciones no afectarán las deliberaciones a nivel profesional de todo lo referido al tema iraní», dijo Barak, agregando que «Israel aún evaluaba la utilización de la fuerza militar entre las opciones sobre la mesa».
Estados Unidos y la Unión Europea reforzaron las sanciones económicas sobre Irán y pidieron a Israel que muestre moderación para darle a las nuevas medidas una oportunidad de actuar.
Washington aseguró que también atacaría Irán como último recurso, pero la Casa Blanca cree que es muy pronto para abandonar la diplomacia.
Las conversaciones nucleares entre las grandes potencias e Irán, que sucumbieron el año pasado, se reiniciaron el 14 de abril en Estambul y se espera que continúen este mes en Bagdad.
El asesor de seguridad nacional de Netanyahu, Yaakov Amidror, recorrió esta semana las capitales europeas para escuchar argumentos a favor de las negociaciones de las seis potencias mundiales con Irán.
«Estamos diciéndole a Amidror que necesitamos tiempo», aseveró un diplomático occidental, diciendo que el objetivo era «de cumplimiento verificable» por parte de Irán con las salvaguardas de anti-proliferación nuclear.
Netanyahu y Barak mantienen una postura dura hacia Irán en público, mientras que el «establishment» de seguridad israelí no estaría inclinado hacia la guerra.
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