La decisión del ministro de Industria y Comercio de Sudáfrica de marcar los productos de los asentamientos no sorprendió a los dueños de fábricas en Cisjordania, que están acostumbrados a los intentos de boicots. Sin embargo, varios temen que la medida actual sea seguida por otros países, dando lugar a daños importantes para ellos y sus empleados.

Propietarios de industrias de los asentamientos judíos en Cisjordania afirmaron que la decisión de Sudáfrica de marcar sus productos de forma especial, perjudicará antes que nada a los empleados palestinos. «Ideología es una cosa, pero los intereses económicos prevalecen con el tiempo», aseguró Elior Levy, director de una empresa en la región.

Irónicamente, quienes más sufrirán el cambio serán unos 15.000 trabajadores palestinos empleados en esas fábricas y de las cuales dependen para ganarse la vida.

«Por supuesto que me siento mortificado, pero, ante todo, estoy preocupado por mis trabajadores, que serán los primeros en recibir el golpe. Hay miles de empleados que están aquí trabajando en condiciones que no van a conseguir en ningún otro lugar en la Autoridad Palestina», dijo otro gerente de una fábrica situada en un asentamiento judío en Cisjordania. «Todos nosotros opinamos que debe haber un acuerdo político en los niveles más altos, incluso si es secreto, que impida estos boicots», añadió.
 
Según Yehuda Cohen, dueño de una empresa en el Parque Industrial Barkán, que ha sido boicoteado por la Autoridad Palestina durante casi dos años, «estas zonas industriales son un ejemplo de convivencia pacífica en esta área, pero el ministerio de Exteriores no entiende nada sobre cómo comercializar con el mundo exterior».
 
Cohen, que emplea a unos 40 trabajadores palestinos, dijo que sus empleados están muy alterados por la situación: «Me dicen que están preocupados, que es un error y que les perjudicará», lamentó.
 
Funcionarios del Consejo Regional de Samaria, que opera el Parque Industrial Barkán y emplea a miles de trabajadores palestinos, también están preocupados por los problemas financieros que pudieran derivarse.

«Es increíble cómo la izquierda radical no entiende que las principales víctimas son los propios palestinos», dijo Gershon Mesika, secretario del Consejo Regional de Samaria, «Afortunadamente, hasta ahora, estos boicots han sido nada más que maniobras de relaciones públicas, y estamos seguros de que judíos y árabes seguirán trabajando juntos y fortaleciendo nuestra próspera industria y viviendo en convivencia», añadió.

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