Activistas de extrema derecha emprenderán una marcha de dos días a Jerusalén para protestar contra los planes gubernamentales de demolición previstos el próximo 1 de julio en el barrio de Ulpana, en el asentamiento de Bet El, en Cisjordania. Otros 24 activistas se han embarcado en una huelga de hambre.
En los últimos días, los activistas han pedido a los ministros evitar la demolición mediante el apoyo a dos proyectos de ley preentados por los diputados Yaacov Katz (Unión Nacional) y Zevulún Orlev (Habayit Hayehudí), que con carácter retroactivo pretenden legalizar la construcción no autorizada de asentamientos judíos en Cisjordania, como las viviendas de Ulpana.
Katz estimó que existen unas 9.000 casas en asentamientos judíos en Cisjordania que no cuentan con los permisos apropiados.
«Es probable que la comunidad internacional frunza el ceño en la legislación, que transformaría a decenas de puestos de avanzada en los recientemente reconocidos asentamientos legales», dijo el diputado.
El parlamentario Zeev Elkin (Likud), que apoya la legislación, tuvo semanas atrás una conversación con el embajador de EE.UU, Dan Shapiro, quien le aseguró que Washington no ve favorablemente estas acciones. La embajada de EE.UU no confirmó dicho encuentro.
Sin embargo, un portavoz de la embajada declaró que EE.UU ha dejado claro que las acciones unilaterales por parte de ambos lados, incluyendo la actividad de asentamientos, no ayuda al proceso de paz.
Los protestantes han levantado una carpa al lado del Tribunal Superior de Justicia y el ministerio de Exteriores, en Jerusalén. Además, una serie de carteles con nombres de ministros, sus fotografías y sus posiciones sobre dicha legislación avanzada, se han colgado alrededor de la misma.
El secretario del Consejo Regional de Gush Etzión, Davidi Perl, dijo que físicamente no podía unirse a la huelga de hambre, pero que quería mostrar su solidaridad con los huelguistas, por lo que el domingo trasladó su oficina a la zona de protesta, en una tienda de campaña junto a la carpa principal, donde llevó a cabo sus reuniones.
«Estamos hablando de una batalla por toda Judea y Samaria», dijo, «y por todo el Estado de Israel».
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