El primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, y el viceprimer ministro, Shaul Mofaz, líderes de los partidos mayoritarios Likud y Kadima, acordaron redactar una ley que por primera vez amplíe el alistamiento obligatorio, del que están exentos hasta ahora ultraortodoxos y árabes.
La ley, cuyo alcance queda por precisar, será redactada por un equipo que presidirá el ministro de Asuntos Estratégicos, Moshé Yaalón, del Likud, y el diputado de Kadima, Yohanán Plesner, y que será sometido a voto el próximo domingo en el consejo de ministros, señaló la oficina de Netanyahu.
El acuerdo nació de una entrevista celebrada entre Netanyahu y Mofaz, quien había amenazado con abandonar la coalición por este tema, apenas dos meses después de integrarla.
El Likud ya había aprobado por unanimidad los seis puntos del Comité Plesner que aboga por el alistamiento progresivo de judíos ultraortodoxos y un aplazamiento del debate sobre la inclusión de los árabes.
Sin embargo, el Likud precisa entre sus recomendaciones que el debate sobre el alistamiento de árabes no se demore.
Con los pactos alcanzados y después de que 20.000 personas exigieran el sábado pasado en Tel Aviv el «servicio universal», Netanyahu inauguró la reunión del gabinete con el anuncio de un «cambio histórico» a un statu quo que «ni el Ejército, ni la economía ni la sociedad pueden mantener».
«Tras 64 años en que el asunto no se ha resuelto como debería, nos encontramos ante un proceso histórico y un cambio considerable de la participación de ultraortodoxos y árabes en la distribución de la carga», dijo el primer ministro.
Netanyahu mostró «comprensión plena hacia quienes sirven y a sus familias» y prometió un sistema de incentivos y penalizaciones para que «no reciban lo mismo» reclutas y exentos.
El alcance de la obligación domina el debate político israelí en las últimas semanas por la negociación de un texto legal que sustituya al anterior, declarado inconstitucional por la Corte Suprema por discriminar entre los distintos jóvenes del país.
La corte ordenó al Ejecutivo que no renueve la ley de exenciones (Ley Tal) el próximo 1 de agosto, cuando vence la que fue legislada hace una década.
Netanyahu ha zigzagueado sobre el espinoso asunto, en el que se ve presionado de un lado por sus socios de coalición ultraortodoxos y, del otro, por sus apoyos ultranacionalistas, que exigen el reclutamiento sin excepción alguna.
El primer ministro estableció una comisión, liderada por Plesner, para luego enterrarla cuando los socios de coalición la fueron abandonando, cada uno por diversas protestas, y ahora finalmente rescató sus conclusiones.
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