Durante su visita a Israel hace dos semanas, el asesor de Seguridad Nacional de EE.UU, Tom Donilon, habría compartido con el primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, los planes de Washington para un posible ataque a Irán.
Según un funcionario estadounidense, Donilon pretendía dejar claro que EE.UU piensa seriamente la posibilidad de una acción militar contra la República Islámica si las negociaciones no cumplen su misión de frenar su proyecto nuclear, y aseguró que esta no es sólo una manera de calmar las preocupaciones de Israel.
Para Donilon las conversaciones en Jerusalén fueron las más importantes hasta el momento entre funcionarios israelíes y estadounidenses en las últimas semanas. Vale recordar que tanto la secretaria de Estado, Hillary Clinton, como el subsecretario de Estado, William Burns, estuvieron en Israel en días anteriores.
De acuerdo con el funcionario estadounidense, Donilon compartió información sobre las armas de EE.UU y las capacidades militares para hacer frente a las instalaciones nucleares de Irán, incluidas las que están a grandes profundidades. Sin embargo, otro funcionario norteamericano involucrado en las negociaciones con Israel, dijo que «basado en nuestros servicios de inteligencia, creemos que todavía hay tiempo para la diplomacia, y el momento de una operación militar contra Irán aun no llegó».
Mientras tanto, el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de EE.UU, Tommy Vietor, se negó a comentar sobre los detalles de la conversación privada entre Netanyahu y Donilon.
En cualquier caso, el secretario de la Fuerza Aérea de EE.UU, Michael Donley, dijo al Capitol Hill Club de la semana pasada que las nuevas bombas contra búnkers recibieron mejoras técnicas durante los últimos meses, y que ya están listas en caso de ser necesarias. Cada bomba pesa 15 toneladas y está diseñada para acabar con los búnkers fortificados, donde se estima que se almacenan las armas químicas o nucleares. Esto incluiría la instalación de enriquecimiento de uranio en el interior de las montañas cercanas a la ciudad iraní de Qom.
EE.UU le transmitió a Israel en varias ocasiones que la existencia de esas armas significa que Irán nunca alcanzará el punto de que sus instalaciones nucleares sean inmunes a posibles ataques norteamericanos.
Los intentos estadounidenses para calmar las preocupaciones israelíes continuarán esta semana con la llegada del secretario de Defensa, Leon Panetta, programada para el martes. El miércoles se reunirá con Netanyahu, el ministro de Defensa, Ehud Barak, la seguridad de alto rango y funcionarios de inteligencia.
EE.UU y sus aliados siguen aumentando la presión económica y diplomática en Teherán, pero parece que estos esfuerzos aún no son suficientes.
Por su parte, el canciller israelí, Avigdor Liberman, fue informado de la falta de progresos en las conversaciones con los iraníes en una reunión con el jefe de Política Exterior de la Unión Europea, Catherine Ashton, encargada de representar a las seis potencias (EE.UU, Rusia, China, Gran Bretaña, Francia y Alemania) frente a Irán, durante las conversaciones celebradas en Bruselas.
Liberman afrontó a Ashton por las conversaciones estancadas y demostró que había llegado el momento de pasar de las palabras a la acción para detener a Irán.
Ashton, quien se reunirá en los próximos días con el jefe del equipo negociador de Irán, Saeed Jalili, reforzó su optimismo y dijo a Liberman, que no había renunciado a los esfuerzos diplomáticos.
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