El Jefe del Estado Mayor conjunto de EE.UU, el general Martin Dempsey, llegará a Israel en estos días para presenciar los ejércicios que EE.UU e Israel emprenderán durante tres semanas y en el que participarán miles de militares.
Una parte de las fuerzas estadounidenses que intervendrán en el «Austere Challenge 12» se encuentra ya en Israel, confirmaron fuentes militare, que declinaron revelar cuándo exactamente se iniciarán las maniobras.
La reserva con la que ambos países tratan el tema se debe al temor de que dichas maniobras sean malinterpretadas por Irán.
«La Austere Challenge 12» contempla escenarios teóricos y no está relacionada con eventos reales en el mundo», aseguró en una vídeo-conferencia con los periodistas el teniente general Craig Franklin, comandante de la Fuerza Aérea estadounidense en Europa, que llegará a Israel para dirigir la operación.
En un mensaje homologado por ambas partes, los mandos a cargo del ejercicio desmintieron categóricamente las informaciones acerca de que las comúnmente conocidas como «AC12» simulen operaciones de defensa contra un ataque con miles de cohetes contra territorio israelí por parte de Irán y de sus aliados en la región, Hezbolá y Hamás.
Se trata del escenario más funesto que la Inteligencia israelí prevé en caso de que el primer ministro, Binyamín Netanyahu, dé la orden de bombardear las instalaciones nucleares de Irán, una opción que, tras meses de amenazas verbales, parece haber quedado en el aire por las oposición de EE.UU y la reciente convocatoria de elecciones anticipadas en Israel.
El general de brigada israelí, Nitzán Nuriel, a cargo de su organización, explicó que las maniobras contemplarán un escenario de «amenazas desde todos los frentes y que cada uno puede sacar de ellas el mensaje que considere conveniente».
«Es un mensaje claro de que trabajamos juntos y de que juntos podemos conseguir más y, a partir de ahí, que cada uno saque su propia conclusión», dijo Nuriel.
Más de un millar de militares estadounidenses participarán en las maniobras desde territorio israelí y otros 2.500 lo harán desde sus bases en Europa y barcos de guerra en el Mediterráneo, con un coste global de unos 30 millones de dólares para el erario estadounidense.
«Cuando concluyan los ejercicios, todas las tropas estadounidenses abandonarán Israel», aseguró el teniente general Franklin para disipar otras conjeturas, como el que las maniobras sean la tapadera para un ataque conjunto contra Irán.
Acordadas hace dos años, las «AC12» se desarrollarán en el más absoluto secreto e incluirán la homologación de todos los sistemas antiaéreos que constituyen el paraguas conjunto de protección de Israel en la eventualidad de sufrir un ataque masivo con cohetes.
En el epicentro de los simulacros están el sistema contra misiles balísticos Aegis y los cohetes Patriot estadounidenses, a los que Israel incorporará los radares de sus baterías anti-misiles «Jetz» y «Cúpula de hierro», entre otros sistemas.
Cada día se disparará una salva para calibrar y homologar todos los sistemas de alerta, detección e interceptación de misiles enemigos.
El Ejército israelí, que gastará en las maniobras unos 8 millones de dólares, reconoció la importancia que el ejercicio tiene para su país como hito en las relaciones estratégicas bilaterales y lo interpreta como un paso más para fomentar la estabilidad regional.
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