El martes último, al finalizar la convención de la aliaza Likud Beitenu, que lideran el primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, y el ex canciller, Avigdor Liberman, éste último concurrió a dependencias oficiales para responder a un nuevo interrogatorio.

En los días anteriores, declaraciones a la prensa de diversas personalidades, investigaciones policiales y por sobre todo, presuntas afirmaciones del vicecanciller, Danny Ayalón, habrían movido a la Policía a convocar a Liberman para preguntarle acerca del papel que tuvo en la designación como embajador de Zeev Ben Arié, primero a Bielorrusia y luego a Letonia.

Después de conocerse que el asesor jurídico del Gobierno, Yehuda Wainstein, resolvió cerrar los expedientes abiertos contra Liberman por presuntos delitos económicos y dejar en pie solamente el referente al episodio con Ben Arié, aparecieron testimonios que impulsaron la nueva etapa de la investigación bajo sospecha de fraude y abuso de confianza Por medio de la prensa, Wainstein se enteró que los miembros del comité de designaciones del ministerio de Exteriores no fueron citados a declarar en el caso.

Al mismo tiempo, se difundió un informe al que acompañaron declaraciones en público del ex contralor del ministerio, Víctor Harel, en el que señaló el hecho que para la segunda designación del diplomático no se cumplieron las normas establecidas.

Asimismo, el gremio de funcionarios del servicio exterior comunicó que desde hace meses hizo llegar su protesta por el funcionamiento irregular del comité sin que se haga nada para corregirlo.

Durante el presente interrogatorio, los oficiales de la Policía hicieron hincapié en el aspecto de la segunda designación de Liberman. Su intención era saber, según las versiones que circularon luego, si el ex ministro empleó su influencia para obtenerla.

Ayalón habría afirmado ante la Policía que Liberman se dirigió a él personalmente en relación al nombramiento de Ben Arié.

Analistas explican que ahora es posible determinar con certeza casi plena que el desplazamiento de Ayalón de la lista electoral que Israel Beitenu presentó cuando se fusionó con el Likud se debe, precisamente, a su versión de los hechos que perjudicó directamente a Liberman.

Aunque el asesor jurídico Wainstein tiene la facultad de corregir el acta de acusación que presentó contra Liberman por el delito de fraude y abuso de confianza, agregando el de soborno o intento de soborno, es difícil que lo haga y el juicio estará basado en la acusación original.

Lo cierto es que, el deseo expreso de Liberman y sus abogados de que el proceso culmine antes del día de las elecciones para permitirle integrar el futuro gobierno se convirtió en irreal. El juicio llevará varios meses y el debate principal girará en torno a la deshonra que conlleva o no el delito que el mismo Liberman acepta que cometió y que podría a conducir a que el ex canciller se vea apartado de cualquier nominación política.

Formalmente, como nadie asumió el cargo en lugar del renunciante ministro Avigdor Liberman, quien ocupa su lugar hasta la designación de un nuevo canciller, es Netanyahu. El viceministro Ayalón continúa en su puesto pero, evidentemente en estas semanas, el país descuida el frente diplomático debido a las campañas electorales.

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