Israel recibió con desdén el primer discurso en medio año del líder sirio, Bashar al-Assad, por pronunciarlo tras «masacrar a decenas de miles de civiles», y subrayó el derecho del pueblo de Siria a elegir democráticamente a su presidente.

«No tenemos interés en responder a las palabras ni entrar en tratativas con quien masacra decenas de miles de civiles de su propio pueblo simplemente porque querían quitarse de encima una cruel represión que duraba décadas», señaló el portavoz del ministerio israelí de Exteriores, Ygal Palmor.

Palmor recordó que «como todos los pueblos, también el sirio tiene derecho a un liderazgo democrático y responsable que respete la libertad de expresión y los derechos humanos».

«Con un Gobierno así, Israel estará feliz de mantener conversaciones de paz», agregó sobre el estado de guerra que técnicamente mantienen ambos países desde el último conflicto que les enfrentó en la Guerra del Yom Kipur de 1973.

En un discurso en la Casa de la Ópera de Damasco, Al Assad prometió seguir su «guerra contra el terrorismo» y lanzó una nueva propuesta política, rechazada tajantemente por la oposición, a la vez que culpó a una conspiración exterior de la «guerra en todo el sentido de la palabra» que en Siria.

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