Israel declaró el estado de alerta máxima en todas sus embajadas y sedes diplomáticas en el extranjero tras las informaciones que apuntan a que su Fuerza Aérea atacó esta semana en territorio sirio.Todos los funcionarios en las representaciones diplomáticas recibieron la orden de alarma desde Jerusalén, informó el diario «Yediot Aharonot», por temor a que sean blanco de algún tipo de represalia por parte de la organización terrorista Hezbolá o de grupos afines a los gobiernos de Irán o Siria.
La seguridad fue reforzada en las sedes y a nivel individual, agregó el rotativo.
La alarma sigue al ataque aéreo cerca de Damasco que tuvo lugar, según el Gobierno sirio, contra una instalación científica.
Desde el bombardeo la diplomacia y los portavoces oficiales israelíes mantienen la consigna de callar y no hacer absolutamente ningún comentario sobre las acusaciones de Siria.
En las últimas dos décadas delegaciones diplomáticas israelíes y centros comunitarios judíos fueron blanco de atentados en diversas capitales del mundo en relación con el conflicto de Oriente Medio, el más grave en Buenos Aires en 1994 contra la AMIA.
Por otro lado, el Ejército israelí mantiene el nivel de alerta que declaró en toda la zona norte del país, donde estacionó varias baterías antiaéreas contra un posible ataque con misiles procedente del Líbano o Siria.
De todas formas, Israel considera que el riesgo de una represalia inmediata por parte de Siria, Irán o Hezbolá es menor, como parece demostrarlo el reciente viaje del ministro de Defensa israelí, Ehud Barak, a Munich para asistir a la Conferencia de Seguridad, según indicó el periódico.
Por su parte, el jefe del Estado Mayor de Siria, el general Abdullah Ayoub, afirmó que es un error querer poner a prueba la capacidad combativa de sus tropas.
«Somos conscientes de la magnitud del desafío que enfrentamos debido a la adhesión a ciertas posiciones y defensa de nuestros derechos, pero al mismo tiempo conocemos el tamaño de nuestras capacidades y preparación para usarlas en el momento oportuno», advirtió el alto cargo militar.
El ministro de Exteriores de Alemania, Guido Westerwelle, alertó sobre el peligro de una guerra regional. Al término de un encuentro en Berlín con la responsable de política exterior de la Unión Europea, Catherine Ashton, Westerwelle llamó a todas las partes involucradas a rebajar la escala del conflicto.
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