Yaakov Amidror, director del Consejo de Seguridad Nacional israelí y asesor de primer ministro hebreo, Binyamín Netanyahu, advirtió que la política de asentamientos de Israel se está convirtiendo en un problema diplomático y le está restando apoyo internacional al Gobierno de Jerusalén, incluso de sus principales aliados.
El general retirado israelí, que en su carrera militar llegó a dirigir el Servicio de Informaciones del Ejército, expresó en una reunión a puertas cerradas su fuerte preocupación por la situación cada vez más deteriorada del régimen de Israel en la comunidad internacional, debido a las nuevas construcciones de asentamientos en Cisjordania, tras el reconocimiento de Palestina como Estado observador no miembro de la ONU, informó el diario «Haaretz», citado por fuentes oficiales.
El asesor de Netanyahu rechazó que Israel pudiera obtener comprensión en esa cuestión ni siquiera de sus socios más cercanos, como Alemania y Canadá.
También el viceprimer ministro saliente israelí, Dan Meridor, afirmó que la política de su Gobierno de impulsar nuevos asentamientos en territorio cisjordano constituye una amenaza para su país, porque torna imposible un Estado palestino.
«Hay una contradicción entre nuestra afirmación de que estamos dispuestos a aceptar una solución basada en la coexistencia de dos Estados y el hecho de que no limitamos la ampliación de las colonias a los bloques de asentamientos», dijo Meridor en una entrevista con la radio pública israelí.
«No debemos construir entre esos bloques porque crearía una situación muy peligrosa para el sionismo, con la existencia de un solo Estado entre el Mediterráneo y el rio Jordán; eso sería para nosotros una amenaza mayor que para otros», añadió Meridor.
De acuerdo con «Haaretz», el enviado de Netanyahu para las negociaciones de paz con los palestinos, Itzjak Moljo, también, se mostró preocupado por la posible pérdida de aliados del Ejecutivo hebreo.
Ambos funcionarios, Amidror y Moljo, viajarán la próxima semana a EE.UU para llevar a cabo los preparativos de la visita del presidente norteamericano, Barack Obama a Israel, prevista para fines de marzo.
Las palabras de Amidror, judío religioso que apoya los grandes bloques de asentamientos - Maalé Adumim, Gush Etzión y Ariel -, inquietaron a los directivos de las colonias judías en Cisjordania, quienes sospechan que Obama no visitaría Israel sin que tuviera en sus manos un compromiso de Netanyahu para reactivar las negociaciones con la Autorida Palestina a fin de llegar a un acuerdo intermedio o definitivo que demande concesiones territoriales.
A finales de noviembre de 2012, la Asamblea General de la ONU aprobó una resolución a favor de elevar el estatus de Palestina al rango de Estado no miembro.
Como represalia a dicha resolución el Gobierno de Netanyahu anunció su decisión de construir 3.000 nuevas viviendas en la zona denominada E-1, en Cisjordania, para unir el asentamiento judío de Maalé Adumim con Jerusalén, una acción que impediría el acceso directo de los palestinos a la ciudad.
Por dicho anuncio, varios Gobiernos europeos, entre ellos Reino Unido, Francia, España, Suecia y Dinamarca convocaron a los embajadores israelíes para informarles de su preocupación ante la medida.
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