El primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, se refirió por primera vez al caso de Ben Zygier, el denominado «Prisionero X», y afirmó que Israel es una «democracia ejemplar», donde se respetan «los derechos de los interrogados y del individuo».

«Somos un Estado democrático ejemplar y protegemos los derechos de los interrogados y de los individuos no menos que en cualquier otro país», comentó el jefe del Ejecutivo israelí al inicio de la reunión semanal del Consejo de Ministros en Jerusalén.

Netanyahu, que como primer ministro es responsable de las actividades del Mossad, precisó que «estamos más amenazados y enfrentamos mayores retos que otros países, y por ende, debemos preservar las correctas actividades de nuestros servicios de seguridad».

«Por ello pido a todo el mundo: Dejemos que las fuerzas de seguridad continúen trabajando sin interferencias para que podamos seguir viviendo en Israel con seguridad y tranquilidad», agregó.

Sobre la polémica suscitada a raíz del bloque informativo que pesó en Israel tras la difusión por medios extranjeros de la noticia, el mandatario hebreo aseveró que los secretos sumariales dictaminados sobre el asunto no vulneraron la libertad de expresión.

«Me gustaría iniciar la reunión afirmando que confío completamente en las fuerzas de seguridad de Israel. Ellas trabajan con una dedicación sin límites para garantizar que podemos vivir en esta tierra. También tengo plena confianza en las autoridades judiciales del Estado de Israel», señaló el primer ministro.

Netanyahu aseguró que «mediante una combinación del mantenimiento de la seguridad y de la ley, también garantizaremos la libertad de expresión».

La Oficina del Primer Ministro convocó el pasado martes con carácter de urgencia al Comité Israelí de Editores, que representa a los principales medios de comunicación del país, para pedirles que postergaran doce horas la información del caso.

Hasta que el ministerio de Justicia reveló ciertos detalles del mismo, pesó una férrea censura informativa, debido a la cual los medios ni siquiera podían hacer alusión al caso o a la orden judicial.

El tema salió a la luz la semana pasada en un medio australiano y llevó al Estado israelí a levantar parcialmente el secreto sumarial sobre el mismo y a revelar que un prisionero israelí y con otra nacionalidad había fallecido tras suicidarse en un centro penitenciario del país.

Los medios identificaron al reo como Ben Zygier, australiano de 34 años en el momento del fallecimiento, que fue sido detenido y encarcelado en una celda altamente vigilada, supuesto colaborador con el servicio de inteligencia israelí en el exterior, el Mossad, que habría sido acusado de alta traición.

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