Frente a la Embajada de Argentina en Israel en la ciudad de Hertzlia Pituaj, cerca de Tel Aviv, se llevó a cabo una manifestación de repudio al memorándum firmado por el Gobierno argentino con Irán acerca de la causa AMIA.
En coincidencia con el horario del atentado a la mutual judía en Buenos Aires en 1994, a las 9.53 - hora local - se hizo un minuto de silencio en homenaje a las víctimas para dar inicio al acto que continuó con las palabras de la periodista Roxana Levinson, quien transmitió la «preocupación y angustia» de la comunidad de argentinos residentes en Israel por el memorándum de entendimiento firmado con Irán, país que calificó como «una nación antidemocrática, antisemita, negadora del Holocausto, avasalladora de los derechos y de la vida humana».
«Estoy aquí porque ese memorándum de entendimiento me produce rechazo y hasta náuseas, pero al mismo tiempo estoy aquí con la esperanza de estar equivocada. Ojalá me equivoque. Ojalá veamos en un día no muy lejano a los acusados iraníes entrando a Tribunales. Me comprometo a que ese día volveré a este lugar y pediré perdón a todos los políticos y funcionarios, a todo aquel que corresponda, por haber sido tan mal pensada», expresó en su mensaje.
Levinson consideró que «se le debe pedir perdón a los muertos en el atentado porque durante todos estos años no se puedo encontrar respuestas a esta causa».
"Estoy aquí sin ninguna postura respecto de la política argentina. Estoy completamente alejada - no sólo físicamente - de las internas, tanto nacionales como comunitarias, y por ello mis palabras sólo tienen que ver con la causa. Estoy aquí porque los argentinos, y especialmente los familiares de las víctimas, dondequiera que estemos, tenemos derecho a pedir explicaciones y a no conformarnos con lo que escuchamos», afirmó.
Frente a una importante concurrencia que llegó a las puertas de la embajada en Israel, Levinson dijo que «este inentendible acuerdo de entendimiento de Argentina con Irán está lleno de dudas y de preguntas, porque en lugar de arrojar luz sobre al menos alguna parte de la causa, la enturbia. Porque no me conforma que me digan que la diferencia es semántica cuando pregunto por qué el texto del acuerdo habla de interrogar a los acusados y no de tomarles declaración indagatoria. La diferencia es fundamental, y consiste en que al finalizar un interrogatorio el interrogado puede irse a su casa, o adonde le dé la gana», añadió.
En otro tramo de su discurso, Levinson apuntó que «sería un disparate pensar que el actual ministro de Defensa de Irán, Ahmad Vahidi, considerado el autor intelectual del atentado, sea indagado por el fiscal Alberto Nisman y detenido para ser trasladado a la Argentina. ¿Cómo podemos creer que aquí no hay intereses espurios ni puntos oscuros? ¿Acaso hay algo claro? ¿Cómo podemos confiar en quien nos dice que las alertas rojas de Interpol no van a caer cuando vemos claramente que esto es una falacia?», preguntó.
Levinson advirtió que «si el memorándum es aprobado por el Congreso, entonces se convertirá en Tratado, lo cual según la legislación argentina lo convierte en una ley superior. Si una ley superior establece un mecanismo para que en forma voluntaria los iraníes declaren, ¿qué sentido tendrían las alertas rojas? No se los puede obligar a hacer algo que, teóricamente, ya están haciendo en forma voluntaria», argumentó.
La iniciativa de la manifestación provino de tres argentinos residentes desde hace años en Israel, que no alegaron representar institucionalmente a nadie, pero que se dijeron convencidos de que su llamado toca muchas mentes y corazones y, por ende, tiene el potencial de convocar a numerosos ciudadanos a hacerse presentes.
Gastón Méndez, Mariano Gorbat y Daniel Aronson, que destacaron su triple condición de argentinos, judíos e israelíes, eran hasta hace pocos días simplemente tres amigos que conversaban preocupados sobre las noticias que llegaban desde Buenos Aires. Hasta que decidieron que no haber perdido seres queridos en el atentado contra la AMIA - aunque sí conocían a más de una de las víctimas - nada quitaba a su sentimiento de que algo negativo estaba ocurriendo.
«La nuestra fue una autoconvocatoria totalmente espontánea y sin ningún tipo de afiliación política ni institucional, en la cual nos encontramos tres amigos por una necesidad inmediata de elevar algún tipo de voz», dijo Gorbat.
«La causa no es particularmente nuestra; pertenece a todos; el llamado fue para todos, y por eso lo hicimos abierto a toda la comunidad latina en Israel, no sólo a la argentina, y también a los israelíes que no tienen origen latinoamericano», señaló.
Fuente: La Nación
Fotos: Gentileza Andrés Lacko
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