«Lo espero en Jerusalén, pero no sólo yo, sino todo el pueblo de Israel», afirmó el presidente israelí, Shimón Peres en su encuentro con el Papa Francisco en el Vaticano. Peres viajará hoy a Asís, en el centro de Italia, para recibir la Medalla de Honor por la Paz en la basílica de San Francisco, concedida por los franciscanos.

El Papa Francisco y Peres analizaron la situación en Oriente Medio, principalmente en Siria, y auspiciaron una rápida reanudación de las negociaciones entre israelíes y palestinos, «para que se alcance un acuerdo que respete las legítimas aspiraciones de ambos pueblos».

El pontífice y el presidente hebreo mantuvieron a solas un coloquio en la biblioteca privada del Palacio Apostólico que se prolongó durante cerca de media hora y en el cual el mandatario israelí lo invitó a viajar a Jerusalén.

Peres consideró que la visita del Papa Francisco «podría contribuir de forma significativa a aumentar la fe y la confianza en la paz».

Tras el coloquio a solas, Peres presentó al Papa a los miembros de la delegación que le acompañaba, formada por diez personas, y se procedió al tradicional intercambio de regalos.

El presidente israelí entregó al pontífice una Biblia de Jerusalén en piel negra en la que escribió: «A su santidad el Papa Francisco. Que pueda prosperar en todo lo que hace y donde vaya. Con profunda estimación». El Papa, por su parte, le obsequió con tres medallas papales.

Peres se reunió también con el secretario de Estado vaticano, cardenal Tarcisio Bertone, y con el ministro de Exteriores del Vaticano, arzobispo Dominique Mamberti.

La Santa Sede, en un comunicado, señaló que durante «el cordial encuentro» se afrontó la situación política y social en Oriente Medio, «donde perduran no pocos conflictos».

«Se auspició una rápida reanudación de las negociaciones entre israelíes y palestinos para que con decisiones valientes y disponibilidad por ambas partes, así como con el apoyo de la comunidad internacional, se pueda alcanzar un acuerdo respetuoso de las legítimas aspiraciones de ambos pueblos y así contribuir a la paz y estabilidad de la región», agregó el Vaticano.

El Papa Francisco y Peres también hablaron de Jerusalén, de la Ciudad Vieja, para la que el Vaticano propugna un estatus internacional garantizado.

Siria también estuvo en el centro de las conversaciones y en ellas, según la Santa Sede, se expresó la preocupación por el conflicto en ese país y se abogó «por una solución política que privilegie la lógica de la reconciliación y del diálogo».

Por su parte, la embajada de Israel en el Vaticano informó de que el Papa Francisco abordó la cuestión del antisemitismo en el mundo y subrayó que el mismo «va contra los valores del cristianismo y debe ser combatido en todos los países del mundo y en cada rincón del planeta».

Asimismo, durante el encuentro el pontífice y Peres analizaron las relaciones entre el Estado de Israel y la Santa Sede y entre las autoridades israelíes y las comunidades católicas locales.

«Se elogiaron los notables progresos de la Comisión de Trabajo Bilateral, que estudia la elaboración de un acuerdo sobre las cuestiones de interés común que, se espera, llegue a una rápida conclusión», indicó el Vaticano en su nota.

Israel y el Vaticano establecieron relaciones diplomáticas en 1993 y, aunque en un principio estaba previsto llegar a este acuerdo en un plazo de dos o tres años, todavía no se concretó.

La Iglesia católica, se queja el Vaticano, sigue sin tener personalidad jurídica en Israel, lo que le impide defenderse cuando considera que fueron ocupadas sus propiedades.

Otro problema es la exención de impuestos que exige que se le aplique la Iglesia católica, teniendo en cuenta que la ley israelí exime de su pago a los lugares de culto, como es el caso de las sinagogas.

El Vaticano pretende, además, la devolución de algunas propiedades que la Iglesia católica reclama, como la sala del Cenáculo, donde, según la tradición, Jesús celebró la Última Cena.

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