El jefe del Estado Mayor israelí, teniente general Benny Gantz, envió una severa advertencia al presidente sirio, Bashar al-Assad, diciéndole que deberá atenerse a las consecuencias si se repiten los ataques a las fuerzas israelíes cerca de la frontera siria en los Altos del Golán.
Gantz profirió la amenaza horas después que un jeep israelí fuera blanco de disparos mientras patrullaba las colinas en dicho lugar.
Siria informó que destruyó un vehículo israelí que durante la noche había cruzado la línea de cese de fuego. Los militares israelíes dijeron que el vehículo sufrió ligeros daños y que los israelíes respondieron al fuego y reportaron un «impacto directo» sin dar más detalles.
Dicho incidente fue el más reciente de varios producidos en los últimos meses. Israel cree que la mayoría de los impactos se deben a la guerra civil siria pero que varios casos, incluido este último, fueron intencionales.
Esa suposición pareció verosímil por el hecho de que fue la primera vez que el Ejército sirio admitió haber disparado a soldados israelíes tras la frontera en lo que pareció un intento del régimen de Assad de mostrar firmeza después que Israel lanzó tres ataques aéreos cerca de Damasco este año.
Israel no admitió ni negó esas acciones.
«Assad estimula y dirige la expansión de diferentes operaciones contra Israel, incluso en los Altos del Golán», afirmó Gantz en una conferencia en la Universidad de Haifa.
El jefe militar agregó que en el incidente del martes la patrulla israelí recibió varios disparos desde una«"posición siria claramente marcada» y rechazó las afirmaciones del Gogierno de Damasco de que el vehículo hubiese entrado en territorio sirio.
«No permitiremos que los Altos de Golán se conviertan en un espacio cómodo desde el cual pueda operar Assad», añadió Gantz. «Si se deteriora la situación en las colinas de Golán, tendrá que atenerse a las consecuencias».
Israel observa atento la guerra civil siria por temor a que el conflicto de más de dos años pueda repercutir tras la frontera.
Al Ejecutivo de Jerusalén le preocupa que Assad, en un arranque de desesperación, trate de intensificar las tensiones en la frontera para embarcar a Israel y desviar la atención de la lucha entablada con los rebeldes que buscan derrocarlo. El Estado hebreo también teme que las armas modernas de Assad puedan ser transferidas a la organización terrorista Hezbolá en Líbano, respaldada por Irán, o caer en manos de los rebeldes, entre ellos extremistas islámicos vinculados con Al Qaeda.