El ministro de Defensa israelí, Moshé Yaalón, torpedeó a último momento un posible acuerdo para el alistamiento de jóvenes ultraortodoxos, en un votación que puede amenazar la estabilidad del gobierno de Binyamín Netanyahu, informó el diario «Yediot Aharonot».
En una reunión de la comisión ministerial encargada del caso, Yaalón se negó a aceptar uno de los artículos más importantes, el de la «obligatoriedad» de servicio, y exigió que el reclutamiento de estos jóvenes a partir de 2016 se haga a discreción del titular de la cartera de Defensa.
La propuesta establece la «universalidad» de esa prestación, con la única excepción de 1.800 estudiantes de seminarios rabínicos que serían declarados «prodigio» de la Torá y seguirían sus estudios.
El presidente de la Ccmisión, el ministro de Ciencia y ex jefe del Shin Bet, Yaacov Pery, del partido Yesh Atid, se reunirá con Yaalón, del Likud, para tratar de encontrar una fórmula que respete el principio de «obligatoriedad» de servicio, que en casos normales comienza a los 18 años pero que para los ultraortodoxos se aplazaría a los 21.
El reclutamiento de los ultraortodoxos, que disfrutan de exención automática desde 1948, fue uno de los asuntos más polémicos en las elecciones del pasado mes de enero, en la que varios partidos exigieron poner fin a una situación calificada por la Corte Suprema como «discriminadora y anticonstitucional», y distribuir más equitativamente el peso de la seguridad nacional.
Los partidos Yesh Atid, Israel Beiteinu y Habait Hayehudí, en el gobierno que dirige Netanyahu, colocaron como bandera de su campaña el reparto equitativo del peso de la seguridad nacional.
«La aplicación de un servicio obligatorio es un paso ineludible para hacer una sociedad más igualitaria y su ausencia pone en peligro la continuidad de la coalición», señaló un comunicado del Yesh Atid, que dirige el ministro de Finanzas, Yair Lapid.
Los jóvenes israelíes, sin distinción de sexo, prestan un servicio de 36 meses (24 las mujeres) del que sólo están exentos los ultraortodoxos y los miembros de la minoría árabe.
El caso de esta última comunidad, de más de un millón de habitantes y que vive entre su identidad nacional palestina y su ciudadanía israelí, fue otro de los asuntos más polémicos de la reunión, porque el representante de Israel Beiteinu exigió incluir una propuesta de «servicio civil obligatorio» para ellos.
En la sesión, los ministros tampoco se pusieron de acuerdo sobre si hacer responsables «judicialmente» a los directores de los seminarios rabínicos cuyos estudiantes no acuden a filas.
La ley que la comisión estudia afecta a unos 8.000 jóvenes ultraortodoxos, y propone que al menos 3.200 presten servicio militar y otros 2.000 algún tipo de servicio social.
A las exenciones de los «prodigios» de la Torá se sumarían otros alrededor de mil que suelen quedar fuera de caja por razones médicas o psicológicas.
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