El Gobierno de Israel y la Autoridad Palestina (AP) podrían alcanzar un acuerdo provisional durante el actual periodo de negociaciones mediado por Estados Unidos, mismo que inició en Washington el pasado 30 de julio con el objetivo de conseguir un convenio que ponga fin al conflicto.
El ministro de Finanzas israelí, Yair Lapid, expresó su optimismo para que las pláticas diplomáticas lleguen a buen puerto, después de haber recibido información actualizada sobre el estado de las negociaciones dirigidas por la encargada del ministerio de Justicia, Tzipi Livni, y abogado Itzjak Moljo.
Lapid se negó a dar mayor información a los medios para garantizar el rumbo de las conversaciones, argumentando que los comentarios en la prensa podría dañar la diplomacia entre ambas partes.
Pese a ello, se filtraron varios datos extraoficiales, mientras las autoridades continúan siendo herméticas sobre la situación.
En una entrevista especial con el diario «The Jerusalem Post», Lapid advirtió que, a su parecer, el problema entre Israel y Autoridad Palestina va más allá de una cuestión de límites fronterizos, la situación de Jerusalén, los acuerdos de seguridad, los asentamientos judíos y el problema de los refugiados palestinos, sino que responde a enemistades, dolor, falta de confianza y malos momentos en la historia.
El titular de Finanzas hebreo hizo un llamado a los líderes de ambas partes a no volver a los errores cometidos en negociaciones anteriores, en las cuales pretendían solucionar todos los problemas a la vez para llegar a un acuerdo definitivo.
«Hay que dar tiempo para que las heridas sanen y se puedan superar emociones producto de varios desencuentros históricos, asegurando que la solución entre ellos y nosotros es posible y llegará en la medida que ambos pueblos puedan asimilar y transitar sobre semejantes sentimientos», afirmó Lapid.
Lapid es el fundador del partido Yesh Atid, un nuevo grupo político que integra la coalición del Gobierno israelí que encabeza el primer ministro Binyamín Netanyahu, tras posicionarse como la segunda fuerza parlamentaria en las elecciones pasadas.
Una vez instaurado en el Ejecutivo, Lapid manifestó su deseo de liderar una nueva gestión gubernamental.
Según las últimas encuestas, la imagen de Lapid se deterioró significativamente debido a su política económica conservadora - basada en duros recortes y aumentos de impuestos para contener el déficit presupuestario -, contraria a la plataforma que expuso durante su campaña electoral en la que se úngió como representante de la clase media.
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