Más de 850.000 personas inundaron este lunes las calles de Jerusalén para participar en el funeral del Rabino Ovadia Yosef, considerado el líder religioso más influyente de Israel, fallecido a los 93 años.
La aglomeración generada por el deseo de despedir al Rabino Ovadia fue tal que el tráfico se paralizó en la principal carretera de Tel Aviv hacia Jerusalén y los asistentes al funeral dejaron allí sus vehículos para continuar a pie hacia el cementerio.
El jefe de la policía del distrito de Jerusalén, Yossi Paryente, estimó que más de 850.000 fieles acudieron a rendir un último homenaje al rabino en un funeral que calificó como el mayor vivido en Israel, si se calcula que la población judía del país asciende a 6 millones de personas y que desde el fallecimiento del rabino hasta el momento de su sepelio transcurrieron seis horas.
El primer ministro de Israel, Binyamín Netanyahu, expresó en un comunicado su «profunda tristeza por la muerte de este gigante de la Tora y guía de las multitudes».
«Admiraba mucho su personalidad cálida y su rectitud. Aprendí de él en cada uno de nuestros encuentros», dijo Netanyahu, que no pudo participar en el funeral por evidentes razones de seguridad personal.
El presidente israelí, Shimón Peres, interrumpió un encuentro con su homólogo checo, Milos Zeman, para visitar al Rabino Ovadia en el hospital poco antes de su muerte y luego regresó para rezar ante su cuerpo.
«Era nuestro padre, el de todos, nuestro dirigente, nos quedamos huérfanos, nos quedamos solos sin él, ¿quién nos guiará ahora?», declaró llorando el diputado Arie Deri, dirigente político del partido ultraortodoxo sefardí Shas.
El lunes por la noche, la marea humana de fieles paralizó una gran parte de Jerusalén, donde 4.000 policías estaban movilizados y muchos barrios fueron cerrados al tráfico.
El lento cortejo fúnebre estaba compuesto en su mayoría de judíos ultraortodoxos vestidos de negro, pero también de mujeres, laicos, sionistas religiosos y soldados del Ejército. Muchas personas tenían la camisa desgarrada en señal de luto.
«Perdimos a un padre», declaró al Canal 10 Eliel Haouzi, yerno del Rabino Ovadia, añadiendo que «Marán (título religioso exclusivo concedido por 200 rabinos) es irreemplazable para el pueblo judío».
El cortejo se dirigió hacia el pequeño cementerio de Sanhedria, un barrio religioso de Jerusalén, donde los restos mortales del rabino fueron sepultados por la noche al lado de la tumba de su esposa, la Rabina Margalit Yosef.
Radios y televisiones locales interrumpieron sus programas tras el anuncio de su muerte.
Durante un encuentro con parlamentarios israelíes en Ramallah, el presidente palestino, Mahmud Abbás, pidió «transmitir sus condolencias a la familia del Rabino Ovadia Yosef».
La influencia del Rabino Ovadia no se limitó al mundo religioso sefardí. Durante mucho tiempo fue considerado un aliado imprescindible de los dirigentes israelíes, que a recurrían a su partido, Shas, para formar la coalición gubernamental.
Durante el funeral los servicios de emergencia de Maguén David Adom (MDA) proporcionan tratamiento a 296 pacientes, la mayoría de ellos por hacinamiento y deshidratación.
Fotos: Gentileza MDA
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